Jack Draper está completando la mejor temporada de su aún corta carrera y parece confirmar todos los presagios que había sobre su potencial cuando era aún más joven. Empezó el año con una final en el Torneo de Brisbane, donde cayó ante Jiri Lehecka pero demostró que podía competir contra los mejores.
En el Abierto Mexicano de Acapulco alcanzó las semis pero se tuvo que retirar lesionado después de haberle ganado el segundo set a Alex de Miñaur. Los problemas físicos es lo único que le puede impedir rendir a su verdadero nivel.
Después de unas semanas complicadas, con la temporada de tierra batida de por medio, superficie en la que no es para nada un especialista, llegó la hierba, en la cual se siente mucho más cómodo. Ganó su primer torneo ATP en el Stuttgart Open, derrotando a un Matteo Berrettini que buscaba su tercer título allí.
Encadenó con unos cuartos de final en Queen's pero no volvió a brillar durante el mes. Donde sí lo hizo fue en el Cincinnati Open, alcanzando la antepenúltima ronda antes de caer contra Holger Rune. Y ahí llegó el US Open, competición que cambió su estatus y en la que jugó el mejor tenis de su vida.
Llegó hasta semis, derrotando a Zhizhen Zhang, Facundo Díaz Acosta, Botic van de Zandschulp, el verdugo de Carlos Alcaraz en segunda ronda, Tomas Machac, que acaba de ganarle al murciano en el Masters de Shanghai para clasificarse a sus primeras semifinales en un 1000, y Alex de Miñaur, sin perder ningún set.
Después de ello, cayó en el penúltimo escalón ante el mejor jugador del mundo sobre pista dura, Jannik Sinner, campeón dos días después. Ahí empezó la gira asiática, manteniendo su nivel de juego en las primeras rondas del Tokio Open.
Sin embargo, se lesionó durante su partido de cuartos contra Ugo Humbert, que fue finalista, y se vio obligado a abandonar el partido y perderse los torneos en China. Pero el británico ya ha vuelto a los entrenamientos y regresará a la competición en el
Viena Open, un ATP 500 que se disputará del 21 al 27 de octubre de 2024.