Andrey Rublev, quien partía como sexto cabeza de serie y una de las principales esperanzas en este
Roland Garros tan abierto, ha expresado su profunda decepción tras su sorprendente derrota en la tercera ronda ante Matteo Arnaldi. En un torneo marcado por la incertidumbre debido a las lesiones y eliminaciones tempranas de algunos de los favoritos, Rublev parecía tener una oportunidad dorada para avanzar profundamente en el cuadro.
Rublev comenzó el torneo con un rendimiento sólido, venciendo a Taro Daniel y Pedro Martínez en las primeras dos rondas. Su juego agresivo y consistente lo colocaba como uno de los favoritos para avanzar a la segunda semana del torneo. Sin embargo, su enfrentamiento con el italiano Matteo Arnaldi resultó ser una prueba mucho más difícil de lo esperado.
El partido contra Arnaldi fue una batalla en la que Rublev no pudo ganar ni un solo set, perdiendo 7-6(6), 6-2 y 6-4. A pesar de tener múltiples oportunidades para cambiar el rumbo del partido, Rublev no logró capitalizar en los momentos clave. La frustración del ruso fue evidente a lo largo del encuentro, con varios momentos de enojo y desesperación, rompiendo su raqueta y gritando en la cancha.
En la rueda de prensa posterior al partido, Rublev expresó su decepción: "Tuve muchas oportunidades, muchas ocasiones, y no las aproveché", comentó. "Luego, en un momento, lo perdí completamente, y eso fue todo cuando tuve, sí, tantas oportunidades de remontar, de liderar de nuevo o de tomar la delantera, y no lo logré. Y cuando perdí el break por segunda vez en el segundo set, lo perdí por completo".
"Es una lección dura, pero necesaria", dijo Rublev. "Necesito aprender a manejar mejor mis emociones en la cancha. Este torneo era una gran oportunidad para mí, pero no puedo dejar que una derrota defina mi carrera. Debo seguir trabajando duro y mejorar cada día".