Rafael Nadal realizó ayer declaraciones en el
Madrid Open que dejaron helados a todos los aficionados al tenis. El maracorí admitió no encontrarse en el estado de forma que esperaba tras Barcelona y que los entrenos realizados en la Caja Mágica no habían sido ilusionantes.
Así, dijo sin dudarlo que si ayer hubiera empezado
Roland Garros no lo jugaría. Rafa ya no está para chorradas y, ante todo, en este difícil proceso de intento de regreso está siendo brutalmente sincero. Lo está intentando: si puede volver, genial, que no, pues para casa sin problemas.
Lo que más le gusta al maracorí es la competición, de ahí que esté dándolo todo para su disfrutar de su Last Dance en París, para el que por cierto tendrá dos oportunidades: si no llega a Roland Garros, intentará hacerlo en los Juegos Olímpicos.
NO HAY PASO ATRÁS
Lo que hay que dejar muy claro es que Rafa Nadal no se encuentra ahora mismo peor que hace una semana cuando llegó a segunda ronda del Conde de Godó. SImplemente no ha evolucionado como esperaba. Sus sensaciones siguen siendo las mismas y, claro, para llegar a Roland Garros necesita más. Necesita que su cuerpo responda mejor a una mayor intensidad de golpes y, de momento, eso no ha sucedido.
No hay motivos para ser demasiado optimistas con Rafa visto lo visto en los últimos meses, pero tampoco hay que descartar que acabe jugando en París. Queda todavía un mes por delante y tiene tiempo para mejorar. Hoy va a jugar en Madrid y, si no pasa nada, lo hará también en Roma.
La esperanza es lo último que se pierde y con Rafa no debería perderse nunca...