Alexander Zverev admite que los abucheos son habituales en el deporte, mientras intenta dejar atrás el incidente en el que la semana pasada fue llamado “golpeador de mujeres” durante el Abierto de Múnich.
El número 2 del mundo se enfrentaba a Tallon Griekspoor en los cuartos de final cuando un espectador gritó “Fuera, golpeador de mujeres” mientras sacaba con 5-5 en el segundo set.
Zverev pidió entonces al árbitro que expulsara a esa persona del estadio, aunque no quedó claro si finalmente fue retirada o simplemente advertida. Ganó el partido y se coronó campeón el domingo.
Zverev también fue abucheado en el Abierto de Australia a comienzos de año, cuando otro aficionado gritó: “Australia cree en Olya y Brenda”, en referencia a sus dos exparejas, quienes lo acusaron de malos tratos domésticos, acusaciones que él siempre ha negado con firmeza. Sin embargo, ese episodio no le afectó.
“En Múnich, el público estuvo increíble, la verdad. Ya lo he dicho antes: en el partido de cuartos de final contra Griekspoor, mentalmente estaba fuera del partido, y fue el público quien me hizo volver. Gané ese encuentro gracias a ellos, así que no tengo ninguna queja”, declaró Zverev a los periodistas en Madrid.
“Para ser sincero, siempre va a haber uno o dos idiotas en cualquier parte. Los hay en todos los deportes. En el fútbol, en las carreras, en el tenis... en todos lados. Así es el deporte. Pero, para mí, el público de Múnich fue increíble”.
Cuando se le preguntó por su fallido intento de alcanzar el número 1 del mundo, Zverev respondió que simplemente no había jugado bien.
“No, creo que estaba jugando mal, para ser sincero”, añadió.
“A veces las cosas son así. Lo de Australia me afectó, y hubo muchas situaciones en las que, mentalmente, no estaba bien.
“Pero eso ya lo superé. Acabo de ganar un torneo la semana pasada. Para ganar torneos, especialmente de este nivel, no se puede jugar mal. Estoy contento por la victoria; ganar un torneo como este da confianza. Espero seguir en esta línea, mejorar e intentar seguir ganando”.