Victoria Mboko se reúne con el primer ministro canadiense Mark Carney en Parliament Hill en reconocimiento a su gran año

Victoria Mboko ha sido una de las grandes revelaciones del WTA Tour en 2025. Un año de irrupción impresionante la ha catapultado en el ranking hasta convertirse en una fuerza reconocida del circuito. Su trabajo no ha pasado desapercibido en su país, ya que fue recibida en Parliament Hill por el primer ministro canadiense Mark Carney.

La joven de 19 años y varios miembros de su familia hicieron el viaje para completar esta visita especial. Se reunieron con el primer ministro en la oficina del West Block, donde Carney pudo observar de cerca el trofeo del Canadian Open que ganó y que la impulsó a las cotas excepcionales en las que se encuentra.

El primer ministro dijo que el trofeo era un símbolo de perseverancia, resiliencia y un talento inmenso. Afirmó que Mboko era un gran modelo a seguir y que los canadienses están orgullosos de lo que ha logrado a tan temprana edad.

Después de esto, Mboko firmó la raqueta con la que completó esta enorme gesta. Se escuchó a Carney decir: “¡No puede ser!” mientras empezaba a juguetear con ella, haciéndola girar por diversión. Mboko le sugirió que jugara con ella, pero Carney admitió que su nivel no era tan bueno.

Ha sido un 2025 vertiginoso para Mboko, que comenzó siendo relativamente desconocida y lejos en la clasificación. Arrancó el año como la número 333 del mundo y disputó varios torneos ITF. Su talento quedó a la vista de todos al ganar cuatro de los cinco primeros eventos en los que participó. Debutó en un WTA 1000 en el Miami Open, donde alcanzó la segunda ronda. Su estreno en Grand Slam fue otro resultado notable, con la atención del público ya sobre ella. Llegó a tercera ronda, superando a Lulu Sun y Eva Lys antes de que la campeona olímpica Zheng Qinwen se impusiera.

Pese a caer en la fase previa de Wimbledon, tuvo la fortuna de entrar como lucky loser y lo aprovechó al máximo, derrotando a la 25ª preclasificada Magdalena Frech antes de perder en segunda ronda ante Hailey Baptiste. Tras una campaña prematura en el DC Open, estaba lista para debutar en el Canadian Open, su torneo de casa. Después de eso, su nombre sería muy familiar en el mundo del tenis.

Invitada con una wildcard, fue un momento especial para Mboko y su familia competir a este nivel a tan corta edad. Tras tres sólidas victorias iniciales, la dos veces campeona de Grand Slam y número tres del mundo Coco Gauff se cruzó en su camino. Este desafío no inmutó a Mboko, que superó a la estadounidense con nota. Un triunfo en cuartos sobre Jessica Bouzas Maneiro la colocó frente a otra campeona de majors, Elena Rybakina. Su increíble recorrido parecía tocar a su fin después de que Rybakina se llevara con facilidad el primer set, pero Mboko remontó para citarse en una final contra una Naomi Osaka rejuvenecida. De nuevo perdió el primer set, pero su coraje y determinación se impusieron para derrotar a la cuádruple campeona de Grand Slam y conquistar un título excepcional en Montreal.

Ascendió en el ranking hasta el top 30, lo que le garantizaba ser cabeza de serie en un Grand Slam, algo casi impensable nueve meses atrás. Sin embargo, su forma se frenó un poco. Una salida temprana en Flushing Meadows fue seguida por una floja gira asiática. Muchos pensaron que el triunfo en el Canadian Open había sido un hecho aislado, pero se equivocaron cuando Mboko recuperó sensaciones para ganar el Hong Kong Open. Cierra el año como la número 18 del mundo. Tiene la mirada puesta en el inicio de 2026, decidida a mantenerse en la élite y a seguir con su vertiginoso ascenso.