La serenidad y claridad de
Jessica Pegula brillaron tras su victoria en sets corridos sobre Jasmine Paolini, un triunfo que confirmó su pase a las semifinales de las
WTA Finals. Aunque el marcador (6-2, 6-3) parecía sencillo, la mentalidad que había detrás revelaba a una jugadora muy consciente de lo que estaba en juego. Pegula admitió que entró en el partido sabiendo que tenía que ganar en sets corridos para seguir con vida, pero lo hizo sin dejar que la presión dictara su tenis.
La estadounidense, que se ha hecho famosa por su enfoque metódico y sensato, confesó que le gusta conocer los escenarios de antemano. "Me gusta saberlo de antemano", declaró tras el partido, explicando que esa conciencia le ayuda a actuar con determinación. Incluso con su puesto en juego, Pegula jugó uno de sus partidos más limpios de la temporada, manejando la variedad y la energía de Paolini con serena precisión.
Ese aplomo supuso una clara evolución respecto a su anterior enfrentamiento contra la italiana en la final de la Copa Billie Jean King, donde Pegula sufrió una dolorosa derrota. Esta vez, hizo ajustes que demostraron su capacidad de adaptación y su experiencia. "Volví un poco a lo básico", reflexionó. "Ves cómo han mejorado, así que puede que la forma en que solías jugar contra ellos ya no funcione igual". Su claridad táctica fue acompañada de confianza, una combinación que la llevó a semifinales por segunda vez en su carrera.
Pegula, que ahora se enfrentará a Elena Rybakina -que ganó los tres partidos de su grupo-, intentará mejorar su mejor resultado anterior en las Finales de la WTA, un subcampeonato en 2023. Habiéndose asegurado ya la clasificación independientemente de los escenarios finales de los grupos, la jugadora de 31 años entra en la semifinal con un nuevo tipo de calma. Pero eso no significa que no esté prestando atención al resto de las rivales: como ella misma admitió, este es el tipo de evento en el que cada partido cuenta.
"Probablemente estaré mirando": Pegula admite que mirará el marcador en Riad
A diferencia de los torneos regulares, en los que Pegula dice que puede desconectar después de su propio partido, las Finales de la WTA aportan un nivel diferente de intriga. "A veces, en otros torneos, no prestas atención, piensas: 'Me da igual, he ganado'", dice. "Pero creo que aquí prestas un poco más de atención". Con múltiples escenarios después de cada partido, se encontró observando y esperando que las cosas salieran a su favor.
La franqueza de Pegula sobre el aspecto mental de la competición ofrece una visión poco frecuente de la psicología de los jugadores de élite durante los partidos de ida y vuelta. Mientras muchos atletas insisten en que no comprueban las puntuaciones ni piensan en permutaciones, Pegula destaca por su honestidad. "Lo que pasa, pasa", añadió. "Creo que hice un buen trabajo poniéndome en el mejor de los casos, así que lo que tenga que pasar, pasará". Es la mentalidad de un jugador que ha aprendido a equilibrar concentración y aceptación.
Su duelo de semifinales con Rybakina -su primer enfrentamiento desde las Finales de la WTA de 2023- promete una batalla táctica. La estrella kazaja, invicta en Riad, pondrá a prueba la consistencia y la capacidad de contragolpe de Pegula. Para Pegula, esto representa una oportunidad de redimirse de anteriores decepciones en el evento de final de temporada, donde sus tres participaciones previas acabaron en fracaso, ya que su mejor resultado fue en 2023, donde alcanzó la final, pero perdió contra Iga Swiatek. Con experiencia y confianza renovadas, esta vez intentará dar un paso más.
Sin embargo, más allá de los números y las estadísticas, lo que define la campaña de Pegula es su perspectiva. Desde reconocer su crecimiento mental hasta encontrar motivación en las derrotas difíciles, sus reflexiones revelan a una jugadora cada vez más cómoda en su propia piel. "Sigues jugando por puntos y dinero", dijo, "pero lo principal es darte una oportunidad a ti misma".