Maria Sharapova fue una auténtica superestrella tanto en la pista como fuera de ella, y gran parte de ello se debió a que comprendió que, en última instancia, ella es ante todo una artista.
En el gran esquema de las cosas, los deportes caen bajo el paraguas del entretenimiento. La gente lo ve para entretenerse y eso es algo que Sharapova comprendió a medida que avanzaba su carrera. Practicar deporte y competir era por su propio bien, pero al final, la relación entre aficionados y deportistas es una variante del entretenimiento.
" Creo que cuando eres deportista estableces una conexión con la gente y los aficionados. Cuando fui un poco mayor me di cuenta de que, en última instancia, yo era un artista. No lo hacía sólo para ganar, sino que cuando salía a la pista y tenía un mal día, podía haber alguien en el público que también lo tuviera".
Tanto el atleta como el público obtienen algo de las interacciones, según Sharapova:
"Si pudiera darle la vuelta a ese partido y demostrarles que en un
día malo pude ganar o pude mejorar delante de sus ojos, imagina
ojos, imagínate cómo se irán a dormir y pensarán 'Tuve un día duro pero
este atleta delante de miles de personas fue capaz de darle la vuelta
y me inspiró para hacerlo mañana".
Impacto
Además de eso, obviamente hay un impacto que puedes causar y ser una inspiración para otras personas es una sensación muy bonita según Sharapova:
"Ese impacto intentas olvidarlo porque conlleva mucha presión, pero al final es una sensación tan bonita la de poder inspirar a otras personas".
Inspiró a mucha gente tanto con sus actuaciones en la pista como fuera de ella, con una exitosa carrera empresarial.