Elena Rybakina fue derrotada por Danielle Collins por 7-5 y 6-3, pero fue un torneo magnífico para la kazaja y también uno para olvidar en el
Miami Open, como explicó después del partido, cuando el calendario volvió a ser el centro de atención.
Rybakina ya ha expresado en el pasado su descontento con la programación, especialmente cuando, como parece ocurrir a menudo, acaba jugando durante la sesión nocturna. El año pasado, Rybakina y su equipo se ensañaron especialmente con Roma y Montreal, donde también jugó varios partidos en varios días en Miami.
Y eso a pesar de que no estaba al 100% y de que, según ella, el horario nocturno no ayudó a su recuperación, después de que la número cuatro del mundo acabara de superar una gripe gastrointestinal (GNI) que la dejó fuera de Indian Wells. Tal fue la gravedad de la enfermedad, que quedó exhausta después de cada partido y no jugó en sus días de descanso, pero aun así llegó a la final perdiendo ante Collins.
"Obviamente esperaba que el público la apoyara más, pero creo que me apoyaron a mí, sobre todo en los momentos más difíciles, cuando intentaba remontar. Había un ambiente agradable, no es algo en lo que me haya centrado. Fue genial jugar delante", declaró Rybakina tras la final.
"No, definitivamente no me sentía al 100%. Después del partido con Maria Sakkari era muy dura físicamente. No fue un torneo fácil. Los primeros partidos que jugué fueron por la noche, al final del día, y me fui a dormir sobre las 2 o las 3 de la madrugada.
"Entonces tenía algunas reuniones durante el día, así que el programa variaba demasiado. Eso no ayuda a la recuperación. Hubo retos muy difíciles, algunos de los cuales gané con un poco de suerte. Obviamente no esperaba estar fresca para la final, ella jugó muy bien y mereció ganar".