Siempre se esperó que
Iga Swiatek ganara
Roland Garros, pero la final del torneo resultó ser la menos vista en la historia del evento en Estados Unidos cuando la polaca se impuso a
Jasmine Paolini el pasado fin de semana. Swiatek era una de las grandes favoritas para llevarse el título, habiendo ganado en Roma y Madrid en las semanas previas.
A pesar de enfrentar un desafío importante contra Naomi Osaka, Swiatek logró una carrera memorable hasta la final, donde se enfrentó a Paolini. La italiana, aunque ahora se encuentra entre las diez mejores jugadoras del mundo, demostró no estar al nivel de la polaca.
En la final, Swiatek dominó sin problemas, imponiéndose con un contundente 6-2 y 6-1, sellando así su tercera victoria consecutiva en un gran torneo. Sin embargo, en Estados Unidos, el interés por el partido fue notablemente bajo. Esto se debió probablemente a la derrota de Coco Gauff en semifinales y a la diferencia horaria, ya que el horario de la final obligaba a los aficionados estadounidenses a seguir el partido en medio de la noche.
La cobertura del torneo en Estados Unidos promedió un rating de 0.49 y una audiencia de 756,000 espectadores, una cifra incluso inferior a la del año pasado, cuando la final entre Swiatek y Karolina Muchova promedió un 0.6 de rating y 1.04 millones de espectadores. Esta edición de la final fue la menos vista en la historia de Roland Garros en Estados Unidos. La baja audiencia puede atribuirse en parte a la competencia con eventos deportivos locales más populares como los Belmont Stakes y la Stanley Cup, lo cual representa un duro golpe para el tenis.
La situación también se enmarca en una controversia más amplia sobre la cobertura del tenis femenino. Amelie Mauresmo respondió a las críticas por la falta de partidos femeninos programados en la Sesión Nocturna, señalando una preferencia injusta hacia el tenis masculino. En este contexto, Andrea Petkovic defendió a Swiatek, quien ha sido etiquetada como "aburrida" por su dominio en la cancha.
Petkovic, en una publicación en Substack, expresó su indignación ante lo que percibe como flagrante misoginia. "Una cosa que no sólo me ha hecho infeliz, sino directamente furiosa, es la flagrante misoginia a la que se enfrenta Iga Swiatek por ser demasiado buena en su trabajo", escribió Petkovic. "Nunca he oído a nadie quejarse cuando Novak Djokovic, de casi cuarenta años, gana a jóvenes talentos a una pierna, porque es así de bueno, pero cuando una mujer arrasa, de repente el tenis femenino es aburrido e Iga Swiatek no es buena para el tenis", añadió.
Estas declaraciones reflejan una percepción persistente en algunos sectores de que el éxito continuo de una jugadora puede ser visto de manera negativa si no se ajusta a las expectativas de variedad y competitividad en los partidos. La defensa de Petkovic subraya la importancia de reconocer y valorar el talento y la habilidad de las jugadoras, independientemente del impacto que puedan tener en la percepción del entretenimiento en el deporte.
En resumen, aunque Iga Swiatek ha demostrado ser una jugadora de élite con su tercera victoria consecutiva en Roland Garros, la final del torneo fue la menos vista en la historia del evento en Estados Unidos, en parte debido a la derrota de Coco Gauff y la diferencia horaria. Este hecho resalta los desafíos que enfrenta el tenis femenino en términos de visibilidad y reconocimiento, a pesar del talento y la habilidad evidentes de jugadoras como Swiatek. La defensa apasionada de Andrea Petkovic pone de manifiesto la necesidad de abordar las disparidades en la percepción y cobertura del tenis femenino, subrayando que el dominio de una jugadora debería ser celebrado y no menospreciado.