Emma Navarro compartió detalles de su progreso en el circuito de la WTA tras alcanzar el top-30 con sólo 22 años. La estadounidense ha logrado importantes resultados de forma discreta, y su regularidad la ha elevado a la condición de cabeza de serie en varios torneos. Sólo hay tres jugadoras más jóvenes que ella con un
WTA Ranking más alto: Qinwen Zheng (nº 7), Coco Gauff (nº 3) e Iga Swiatek (nº 1), aunque esta última es más joven por menos de dos semanas.
Navarro ha experimentado un rápido ascenso en el circuito . Campeona de la NCAA en 2021 con la Universidad de Virginia, se hizo profesional en 2022 y se adaptó rápidamente al nivel del Tour, estableciéndose entre las 30 mejores jugadoras: "Siempre es un reto sentir que soy la jugadora que soy", dijo Navarro. "Es algo que, aunque me lo repita diez veces, no sé si me lo creo. No es tanto una cuestión de capacidad física, es más bien que ha sucedido muy rápido", afirma.
La estadounidense ha tenido un fuerte comienzo de 2024. Este lunes apareció como número 23 del mundo y tiene un récord de 13-3 en la primera parte del año, sólo por detrás de Elena Rybakina y Jelena Ostapenko. Además, se aseguró el título en el WTA 250 Hobart Open, que le dio el empujón definitivo para estar entre las 30 mejores: "Mi cerebro necesita tiempo para ponerse al día en cuanto a procesar eso".
"Sentí que era muy importante tomarme mi tiempo y pasar por este rito de paso de jugar ITFs y conseguir un montón de partidos", dijo. "Ganar confianza en mí misma como jugadora, en cómo me gusta jugar y en las jugadas que me gusta hacer en los momentos importantes".
Navarro es la jugadora con más victorias en tres sets (7) y con más remontadas (5) en 2024: "Al conseguir muchos partidos, creo que fue muy importante para mí y me dio mucha confianza al entrar en este nuevo nivel. Hubo un tiempo, cuando tenía 15 o 16 años, en el que ser una jugadora universitaria decente iba a ser suficiente para mí, y quizá ni siquiera eso", dijo Navarro.
"Me ha costado mucho creer en mí misma y creer que puedo jugar a este nivel con jugadoras de este calibre. Soy perfeccionista y espero mucho de mí misma cada día, y cuando no lo consigo mi reacción inicial es pensar que nunca seré lo bastante buena", añadió.
El ascenso de Navarro ha sido tranquilo en el circuito de la WTA, y ahora sus objetivos apuntan cada vez más alto: "A finales del año pasado, mi objetivo era estar en el Top 30 en dos años", dijo Navarro. "Así que he superado un poco ese plazo. Nunca me he obsesionado demasiado con las clasificaciones o los resultados. Sólo me he centrado en el proceso. Seguir mejorando. Eso es lo que me gusta del deporte. Puedo ir a entrenar o jugar un partido y siempre hay algo que mejorar. Nunca es el final".