Bianca Andreescu contó que sufrió el acoso de otros niños por llevar sus raquetas en la infancia.
La tenista canadiense no tuvo un gran 2023 debido a problemas físicos, que la obligaron a poner fin a su temporada antes del US Open, según reveló entonces, debido a una fractura por estrés en la espalda.
Andreescu no logró resultados significativos durante el año, siendo sus mejores actuaciones alcanzar la tercera ronda de Roland Garros y Wimbledon, así como los octavos de final del Abierto de Miami, por debajo de las expectativas para una campeona de Grand Slam.
A sus 23 años, Andreescu ya es una jugadora consolidada en el WTA Tour y cuenta con tres títulos en su carrera: el WTA 1000 Indian Wells, el Abierto de Canadá y el US Open, todos ellos logrados en 2019. En una entrevista reciente con Gazeta Sporturilor, la actual número 93 del mundo habló de su infancia y de los importantes sacrificios que ella y sus padres hicieron para convertirse en tenista profesional:
"Recuerdo que había pruebas para Tennis Canada. Hice la cita durante el fin de semana y gusté a los entrenadores y a la gente de allí. Me aceptaron a partir de los 11 años. Fue entonces cuando empecé a jugar torneos, a viajar".
"Al principio, viajaba sola, pero no me gustaba mucho. Entonces, mis padres se sacrificaron mucho por mí. Se tomaron mucho tiempo libre del trabajo. Es un gran sacrificio. También hice sacrificios en la escuela. No me di cuenta hasta los 13-14 años, cuando fui al instituto en Canadá", añadió el ex número 4 del mundo.
"Iba a entrenar unas cuatro veces al día. Hacía fitness, muchas cosas. Sólo iba a la escuela dos o tres horas al día. Me daba vergüenza ir a la escuela. Tenía que llevar la bolsa con las raquetas, y algunos niños me preguntaban por qué hacía eso, se reían de mí. Me daba vergüenza. Pero mis padres me dijeron que si quería hacer esto, no importaba lo que dijera la gente. Fue duro para mí, pero hice caso a mis padres", concluyó Bianca Andreescu.