Angelique Kerber volverá a la acción el martes por la tarde, cuando se enfrente a Lucia Bronzetti en la primera ronda del Upper Austria Ladies Linz, con Elise Mertens como posible rival en segunda ronda. Pero la ex número 1 del mundo y múltiple campeona de Grand Slam tiene un nuevo enfoque en su regreso al tenis que gira en torno a ser madre primeriza y a cómo ha cambiado ahora su mentalidad ante el deporte.
Atrás quedaron los días en los que esperaba estar en lo más alto del juego, y le parece refrescante que la atención pase de centrarse sólo en ella y en sus propios intereses a tener a su hija al lado. Afortunadamente para Kerber, admite que su recién nacida no es un gran problema cuando se trata de viajar y está muy relajada, lo que le facilita mucho la vida a la hora de llevarla a los torneos, incluso a una edad tan temprana.
"No tengo demasiadas expectativas porque no sé a qué me voy a tener que enfrentar. Tengo que decir que la pequeña está muy relajada. Tengo mucha suerte. Viajar no parece preocuparla. Naturalmente, el día a día es diferente", afirma Kerber.
"Por un lado, tengo que concentrarme en mi trabajo y, por otro, el enfoque es totalmente diferente. Ya no estoy sola en el WTA Tour, hay alguien más a mi lado. La atención ya no se centra totalmente en mí. Está en mi hija. Y es una situación agradable".