Andy Murray tuvo un recuerdo especial para su esposa Kim Sears, que ha sido una figura destacada a lo largo de su carrera y una fuente de apoyo en las gradas desde el principio hasta el final. Habló de cómo supo que ella era la mujer para él y una guardiana.
Murray afronta sus últimos choques como tenista profesional y se espera que el ex número 1 del mundo se retire, aunque sin ceremonia alguna, en los Juegos Olímpicos de París. Tuvo que retirarse de los individuales en los Campeonatos debido a una operación de columna. Sin embargo, desde entonces ha jugado dobles con su hermano Jamie Murray y también jugará mixtos con Emma Raducanu.
Su campaña de dobles llegó a su fin, pero eso fue una mera nota a pie de página, ya que su homenaje posterior fue la parte más recordada, sin un ojo seco en la pista central. En su primer encuentro con su esposa Kim, cenó con ella en el US Open de 2005 y le pidió su dirección de correo electrónico. Pero fue cuando se puso enfermo dos veces en una bolsa durante el primer partido al que asistió y ella se quedó con él, cuando supo que era una portera.
"Nos conocimos cuando teníamos 18 años. El padre de Kim es entrenador de tenis y nos conocimos en Nueva York, donde fuimos a cenar durante el US Open. Me atraganté un poco la primera vez que salimos. La acompañamos a su hotel y le pedí su dirección de correo electrónico. No creo que eso sea algo normal", dijo Murray.
"El primer partido que vino a verme en directo fue en el US Open. Vomité dos veces en ese partido. Una vez justo delante de donde ella estaba sentada. Luego me levanté y vomité en la bolsa de la raqueta de mi oponente, y aun así parecí gustarle, así que después de eso supe que era una apuesta segura".
"Ha sido un apoyo increíble para mí y para toda mi familia y es la mejor madre. Desgraciadamente, dentro de un par de meses tendrá que verme todos los días, así que las cosas pueden ser difíciles durante un tiempo, pero espero que podamos aguantar juntas. Sí, deseando que llegue el resto de nuestras vidas".