Maria Sharapova ha reflexionado sobre su vida tras retirarse de su exitosa carrera en el tenis profesional.

El éxito de la jugadora de 36 años en la pista se tradujo en cinco grandes títulos en individuales femeninos, incluido el de ser la décima mujer que logra el Grand Slam en su carrera, así como una medalla de plata olímpica y 36 títulos de la WTA.

Sin embargo, en febrero de 2020, la rusa anunció su retirada del deporte en un artículo para la revista Vogue. En el anuncio, transmitió la dificultad de dejar atrás el deporte al que se había dedicado desde niña.

"¿Cómo dejar atrás la única vida que has conocido? ¿Cómo dejar las canchas en las que has entrenado desde que eras una niña, el deporte que amas, que te ha dado lágrimas indecibles y alegrías indescriptibles, un deporte en el que has encontrado una familia, junto con aficionados que te han apoyado durante más de 28 años?

Soy nuevo en esto, así que por favor perdóname. Tenis-me despido", escribió;

Sin embargo, Sharapova reveló recientemente en una entrevista con People que se ha adaptado bien a la vida después del tenis y que, de hecho, le encanta ver el deporte desde fuera;

"Estoy muy contenta de dónde estoy en esta etapa de mi vida. Aprecio lo que el deporte me ha enseñado y adónde me ha llevado, pero sin duda ahora me encanta verlo desde fuera", afirmó;

Esto es algo que Sharapova está haciendo casi literalmente esta semana en el US Open, ya que asiste al major neoyorquino como espectadora. De hecho, la campeona del US Open 2006, que reside en Florida, declaró que disfruta mucho yendo a ver el Slam y que es el único al que asiste desde que se retiró.

"Me encanta. Me encanta tener la perspectiva de alguien de fuera. Me encanta ver cómo se desarrollan las nuevas generaciones y el deporte en general. De hecho, creo que el US Open es el único acontecimiento tenístico al que he asistido en persona desde que me retiré.

Es muy especial, por la energía del público", explicó.

A los dos años de su retirada, Sharapova también vivió un acontecimiento importante en su vida personal al convertirse en madre, dando la bienvenida a su hijo Theodore con su prometido, el empresario británico Alexander Gilkes;