ANÁLISIS: La polémica alrededor de Wimbledon, una expansión que no gusta a vecinos y políticos

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viernes, 04 octubre 2024 en 20:00
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Es posible que Wimbledon sea el torneo de tenis más prestigioso del mundo. El pasado mes de julio, Carlos Alcaraz defendió con éxito su título sobre la hierba londinense, derrotando de nuevo a Novak Djokovic en la final. A diferencia de la edición de 2023, donde se libraron una batalla intensa a cinco sets, en esta ocasión el español arrolló al serbio y no le dio ninguna opción de victoria. En el lado femenino, Barbora Krejcikova daba la sorpresa conquistando su segundo título de Grand Slam en individuales al superar a Jasmine Paolini en el partido por el título. La italiana ya venía de llegar a la última instancia en Roland Garros, donde cayó ante la número 1 del mundo Iga Swiatek.
Casi tres meses después de la competición, el All England Club se prepara para una gran transformación. Los planes aprobados para ampliar el recinto construyendo 39 nuevas pistas de tenis han suscitado debates sobre el futuro de Wimbledon.
Aunque el proyecto pretende elevar el nivel del torneo y garantizar su estatus como uno de los cuatro Grand Slam, la ampliación también ha suscitado la oposición de grupos locales preocupados por los daños medioambientales. Este proyecto forma parte de un esfuerzo más amplio por asegurar el futuro a largo plazo de Wimbledon en medio de la creciente competencia de otros grandes torneos y la evolución de las expectativas deportivas mundiales.

La necesidad de expansión 

Para que Wimbledon siga siendo competitivo frente a los otros tres Grand Slams, el Open de Australia, Roland Garros y el US Open, es esencial modernizar sus instalaciones. Con la ampliación aprobada, el All England Club pasará de sus 41 hectáreas actuales a unas 115, que abarcarán el antiguo campo de golf de Wimbledon Park.
Uno de los cambios más significativos que traerá consigo esta ampliación es el traslado de las eliminatorias de Wimbledon. En la actualidad, las eliminatorias se celebran a más de 5 kilómetros de distancia, en el Centro Deportivo Comunitario de Roehampton, un recinto que sólo puede acoger a unos 2.000 espectadores cada día. En comparación, los otros tres torneos del Grand Slam celebran sus eliminatorias in situ. Llevar los partidos de clasificación al recinto principal de Wimbledon garantiza que el torneo dejará de ser una excepción, y los aficionados podrán presenciar todas las fases de la competición en un mismo lugar. Con esta ampliación, unos 50.000 aficionados podrán entrar diariamente en el recinto durante las dos semanas que dura el torneo, lo que aumentará significativamente el aforo;
Barbora Krejcikova se proclamó campeona femenina este año.
Barbora Krejcikova se proclamó campeona femenina este año.
Además, Wimbledon se ve afectado con frecuencia por el impredecible clima británico, y la nueva ampliación pretende combatirlo. La construcción de una nueva pista con techo retráctil garantizará que los partidos continúen sin interrupciones, alineando aún más a Wimbledon con los avances vistos en el Open de Australia y el US Open, que han invertido en tecnología de techado en los últimos años.
Además de las mejoras en la clasificación y en las infraestructuras, la ampliación también incluirá una pista de espectáculos con capacidad para 8.000 espectadores y 38 pistas adicionales, una medida destinada a mantener el estatus de élite de Wimbledon. El teniente de alcalde de Londres, Jules Pipe, ha subrayado la importancia de la ampliación para el futuro de Wimbledon. En su opinión, este proyecto es crucial para garantizar que el torneo siga siendo competitivo y relevante, especialmente en una época en la que los acontecimientos deportivos internacionales están en constante evolución y expansión.

El significado histórico de Wimbledon 

El hecho de que Wimbledon sea el torneo de tenis más antiguo del mundo, que se remonta a 1877, es una de las razones por las que ocupa un lugar tan venerado en el mundo del deporte. Es el único Grand Slam que se disputa sobre hierba, lo que contribuye a su singularidad, pero también plantea dificultades. Las pistas de hierba pueden ser difíciles de mantener, y el emblemático césped de Wimbledon debe conservarse en las mejores condiciones para ofrecer el tenis de alta calidad que esperan los aficionados.
Sin embargo, a medida que el torneo sigue evolucionando, Wimbledon debe caminar sobre una fina línea entre honrar su herencia y abrazar la era moderna. Otros Grand Slams ya han ampliado y modernizado sus instalaciones para atender a un público cada vez más numeroso y con mayores expectativas. El Open de Australia, por ejemplo, ha experimentado transformaciones significativas en la última década, construyendo instalaciones de última generación que incluyen múltiples pistas con techo retráctil, un mayor número de pistas de entrenamiento y un mejor acceso para los aficionados. Wimbledon se enfrenta ahora a un reto similar: equilibrar la tradición con el progreso, un dilema al que deben enfrentarse en algún momento todas las sedes deportivas históricas.

Las preocupaciones medioambientales y el debate sobre los parques de Londres 

Aunque el proyecto de ampliación ha recibido luz verde, no ha estado exento de una importante oposición local. Grupos como "Save Wimbledon Park" han expresado su profunda preocupación por el impacto ambiental del proyecto. En su petición, que ha recibido más de 20.000 firmas, expresan su temor por el aumento del tráfico, los daños a la calidad del aire y la posible pérdida de hábitats naturales. Además, el proyecto supondrá la tala de unos 300 árboles, lo que acentuará aún más la preocupación por las consecuencias medioambientales de la ampliación.
Una de las principales preocupaciones de los residentes locales es que Wimbledon, ya de por sí un gran atractivo para los turistas, se congestione aún más durante las semanas del Campeonato. Con más gente entrando en el recinto debido a la ampliación de la capacidad, la zona local podría sufrir problemas de aglomeración, lo que supondría una carga adicional para las infraestructuras y los servicios.
Este debate refleja un problema más amplio en Londres y en todo el Reino Unido: el reto de construir en zonas verdes protegidas. Los espacios verdes londinenses son una parte vital del ecosistema de la ciudad, y la urbanización de estos terrenos suele desencadenar reacciones violentas tanto de los conservacionistas como de los residentes. El temor es que, una vez que se empieza a urbanizar un terreno protegido, se sienta un peligroso precedente para futuros proyectos, que lleve a una mayor erosión de espacios verdes que son vitales tanto para la vida salvaje como para el bienestar mental de los habitantes de la ciudad.
Para contrarrestar las preocupaciones medioambientales, el All England Club ha incluido en sus planes de ampliación una serie de iniciativas destinadas a proteger el parque y mejorar el acceso del público. Como parte del desarrollo se creará un nuevo parque público de 23 acres, que estará abierto al público todo el año, excepto durante las semanas de los Campeonatos. El diseño de este parque se inspirará en la obra paisajística original de Lancelot "Capability" Brown, un arquitecto paisajista británico del siglo XVIII conocido por sus grandiosos y amplios diseños que pretendían armonizar las estructuras artificiales con la belleza natural.
La ampliación de Wimbledon también permitirá a los residentes locales acceder al menos a siete de las nuevas pistas de hierba en las semanas posteriores al Campeonato, lo que brindará a la comunidad la oportunidad de participar en este deporte de una forma que hasta ahora estaba limitada a los profesionales. Con estas pistas, el All England Club espera inspirar a las futuras generaciones de tenistas y ofrecer a la población local un beneficio tangible de la ampliación.

Ampliación de Roland Garros 

La situación de Wimbledon guarda similitudes con la polémica ampliación de Roland Garros, sede del Abierto de Francia, que también se enfrentó a la oposición local. En 2011, Roland Garros inició una importante ampliación que supuso la construcción de nuevas pistas y la renovación de las instalaciones existentes. Al igual que Wimbledon, el Abierto de Francia se enfrentó a la resistencia de grupos ecologistas preocupados por el impacto en los históricos jardines de Serres d'Auteuil. La Federación Francesa de Tenis, sin embargo, argumentó con éxito que la modernización era necesaria para mantener la competitividad del torneo frente a los demás Grand Slams. La ampliación siguió adelante, lo que permitió al Abierto de Francia acoger a un mayor número de espectadores y mejorar sus instalaciones, incluido un nuevo techo retráctil.
Wimbledon se enfrenta ahora a una batalla similar para garantizar que su expansión se lleve a cabo al tiempo que se abordan las preocupaciones sobre el impacto medioambiental y comunitario. Al igual que Roland Garros superó la oposición para modernizar y mejorar sus instalaciones, la ampliación de Wimbledon podría asegurar su lugar como acontecimiento deportivo de primer orden en las próximas décadas, siempre que se consiga el equilibrio adecuado entre progreso y preservación.
Alcaraz ganando Wimbledon podría convertirse en una imagen familiar bajo los nuevos planes.
Alcaraz ganando Wimbledon podría convertirse en una imagen familiar bajo los nuevos planes.

De cara al futuro 

Cuando Wimbledon se embarca en esta gran ampliación, está claro que el All England Lawn Tennis Club piensa a largo plazo, con el objetivo de mejorar la experiencia de los aficionados, modernizar sus instalaciones y mantener su lugar como uno de los acontecimientos deportivos más prestigiosos del mundo. Sin embargo, el proyecto también tendrá que sortear los problemas medioambientales, la oposición local y el reto más amplio de Londres de preservar los espacios verdes;
La ampliación de Wimbledon ofrece la oportunidad de seguir evolucionando al tiempo que se mantiene fiel a su histórico pasado. Pero sólo el tiempo dirá si el plan logra alcanzar el delicado equilibrio entre tradición, modernización y sostenibilidad. El futuro de Wimbledon, al igual que el de sus pistas de hierba, depende de un mantenimiento cuidadoso, una planificación meditada y una visión que respete el pasado y abrace el futuro;