Carlos Alcaraz vivió un momento de furia al finalizar el segundo set de la final del Abierto de Cincinnati contra
Novak Djokovic, lo que le provocó una lesión en la mano que requirió la atención de un fisioterapeuta.
Los dos mejores tenistas del año se enfrentaron en un partido increíble durante la final del Abierto de Cincinnati. El primer set mostró un gran nivel de juego, y Alcaraz logró una gran remontada para tomar la delantera en el partido. Con una ventaja de un juego en el segundo set y Djokovic visiblemente afectado por el calor, la situación parecía prometedora para el español.
Sin embargo, el 23 veces campeón de Grand Slam elevó su rendimiento y presionó a Alcaraz, consiguiendo un break y llevando el partido al tie-break.
El tie-break fue intenso y Alcaraz llegó a tener una bola de partido, pero no pudo aprovecharla. Djokovic acabó llevándose el tie-break por 9-7, dejando a Alcaraz frustrado por no haber podido sentenciar el partido pese a tenerlo todo a su favor.
La frustración se apoderó de Alcaraz, que se golpeó la mano con rabia mientras estaba sentado en el descanso previo al tercer set. El número 1 del mundo tuvo que llamar al fisioterapeuta para que le atendiera la mano y le proporcionara el tratamiento necesario.
El giro de los acontecimientos puso de manifiesto la intensidad de la competición y la presión a la que estaban sometidos ambos jugadores para rendir al máximo.