En Inglaterra, el domingo se celebró el Día del Padre y
Andy Murray, que estaba disputando el Challenger de Nottingham, no pudo celebrarlo con sus hijos debido a la final que terminó ganando. O eso pensaba él. Murray habló de volver a casa para verlos antes de ir al Torneo de Queen's Club a principios de la próxima semana.
"Espero poder llegar a casa para ver a mis hijos el Día del Padre", dijo en su discurso de ganador, antes de oír algunas voces familiares entre la multitud y darse cuenta de que allí estaban su esposa Kim Sears y sus hijos sonriendo y saludando entre la multitud.
El momento fue más emotivo aún por el hecho de que se perdieron el Challenger de Surbiton debido a la lluvia, donde también ganó el título. "No sabía que estaban aquí", dijo conmocionado y también emocionado.
"No tenía ni idea de que iban a venir. Vinieron la semana pasada para la final de Surbiton; aparecieron y empezó a llover, luego tuvieron que irse a casa y se perdieron el final del partido, así que es estupendo que hayan podido venir hoy", concluyó.