"Sólo quería que acabara el primer set": Valentin Vacherot se sincera tras su emotiva victoria sobre su primo Rinderknech

No hay partido fácil cuando la familia está al otro lado de la red. Para Valentin Vacherot, el choque de segunda ronda del Masters de París contra su primo Arthur Rinderknech fue más que una victoria: fue una prueba de compostura y emoción. Tras perder un tenso tie-break en el primer set, el jugador monegasco se reagrupó brillantemente para tomar el control y avanzar, demostrando una vez más por qué su ascenso en el ATP Tour no es casualidad.

Enfrentarse a Rinderknech tan poco después de su final del Masters de Shanghai no era una tarea cualquiera. "Sólo quería que acabara el primer set, ganara o perdiera", admitió Vacherot, reflexionando sobre los nervios que le invadían. La tensión era visible, pero el punto de inflexión llegó cuando decidió dejarse llevar y jugar con libertad en el segundo set. "Ni siquiera me enfadé por haber perdido el primero", dijo. "Estoy muy contento de cómo reaccioné al principio del segundo".

El joven de 25 años explicó que conocer tan bien a su rival hizo que el partido fuera aún más complicado. "Tenía la sensación de que me estaba leyendo", dijo riendo. "Cuando iba a por ciertos golpes, sabía que me estaba esperando ahí". Hubo que hacer constantes ajustes, ya que ambos primos trataron de superarse mutuamente. "Él cambió sus patrones de saque desde Shanghai, así que yo también tuve que adaptarme", añadió Vacherot. "No fue fácil, pero al final lo conseguí".

Lo que más destacó, sin embargo, fue su serena perspectiva de jugar a este nuevo nivel. Después de pasar la mayor parte de la temporada en el circuito Challenger, Vacherot ha hecho una transición perfecta a la élite de la ATP. "Al fin y al cabo, sigue siendo un partido de tenis", dijo. "Ya sea en un Challenger o en un Masters 1000, la pista es del mismo tamaño. Lo que me ayuda es que me estoy divirtiendo mucho: todo esto es nuevo para mí, y me encanta."

El camino de Vacherot no ha sido fácil. Hace apenas un año, una lesión le dejó fuera de juego tras alcanzar el puesto 110, el mejor de su carrera. "Fue horrible", confesó. "Acababa de jugar el mejor tenis de mi vida y, de repente, estuve seis meses de baja, perdí todos mis puntos y caí hasta el puesto 250". Aquellos meses oscuros pusieron a prueba su fe, pero da crédito a su novia por mantenerle con los pies en la tierra. "Ella siempre fue positiva, incluso cuando yo perdía la fe", dice. "Sólo oír sus ánimos me ayudó mucho".

El cambio ha sido notable. Desde que recuperó su forma física, Vacherot ha escalado más de 200 puestos en la clasificación y ha cosechado algunas de las victorias más importantes de su carrera. Sus actuaciones en Shanghai y ahora de nuevo en este Masters le han consolidado como una de las grandes promesas del circuito en 2025. Sin embargo, a pesar de la creciente atención, el monegasco insiste en que no siente ninguna presión extra, sólo alegría. "Creo que ahora juego mejor porque estoy disfrutando de todo", dijo.

Después de unas semanas frenéticas, Vacherot admite que no ha tenido tiempo de respirar. "Sólo tuve cinco días en casa después de Shanghai antes de ir a Basilea", explicó. "Estar en torneos me mantiene en mi pequeña burbuja, que es lo que me gusta. Pero pronto tendré tiempo para la pretemporada, para descansar, entrenar y prepararme para 2026". Ese equilibrio entre emoción y calma ha definido su enfoque, manteniéndole con los pies en la tierra incluso cuando las expectativas crecen.

A continuación, la estrella en ciernes se enfrentará en octavos de final a Cameron Norrie, que recientemente derrotó a Carlos Alcaraz en un emocionante partido. Es un desafío que Vacherot está dispuesto a aceptar. "Conozco bien a Cam, hemos entrenado juntos varias veces en Mónaco. "Los zurdos no me molestan demasiado, pero él es un jugador con mucha experiencia. Será una gran prueba". Con la confianza y la perspectiva de su lado, el ascenso constante de Vacherot parece lejos de haber terminado.