Llegamos a la final del ATP
Masters de Roma 2024.
Alexander Zverev jugará su primer partido por el título en la capital italiana desde 2018, cuando perdió ante Rafael Nadal. Justo un año antes, había conquistado el trofeo tras superar a Novak Djokovic. Se enfrentará a
Nicolás Jarry, que se ha convertido en el cuarto chileno en acceder a la última instancia de este torneo, tras Luis Ayala (en la Era Amateur), Marcelo Ríos y Fernando González.
Nuestra
previa te lleva a través de la ruta de Zverev y Jarry, su cara a cara y los principales puntos de discusión antes de una emocionante final el domingo por la noche.
Zverev quiere estar a la altura de su etiqueta de favorito
En realidad, Alexander Zverev ha sido el favorito para el título del Abierto de Roma a lo largo de las rondas desde la desaparición de los principales nombres como Novak Djokovic, Casper Ruud y Daniil Medvedev entre otros. Es el tenista mejor clasificado del torneo desde hace dos rondas, y se espera que consiga el título el domingo.
Zverev estará en el punto de mira de forma negativa durante el próximo mes, cuando se celebre el juicio por maltrato doméstico contra su ex novia y madre de su hijo, Brenda Patea. Por lo tanto, es probable que en Roland Garros Zverev fracase o utilice ese fuego exterior como combustible para reivindicarse.
Pero en cualquier caso, en el Abierto de Francia será uno de los favoritos. Ha alcanzado 11 finales de Masters 1000 de la ATP, empatado con Boris Becker. Ha superado a Gustavo Kuerten, Daniil Medvedev y Thomas Muster, todos ellos con 10 finales respectivamente.
Anteriormente había ganado el Open de Roma, el Open de Canadá, el Open de Madrid en dos ocasiones y el Open de Cincinnati en superficie, perdiendo cinco finales y ganando cinco. Por lo tanto, ya ha ganado este título hace siete años, en 2017. Por aquel entonces, era el jugador más joven en ganar títulos consecutivos de Masters 1000 en diferentes superficies desde que se inició el formato en 1990. También es el primer jugador nacido en la década de 1990 en ganar varios títulos Masters 1000. Así que un jugador que tiene la etiqueta de favorito por algo será.
Alexander Zverev ha sido el favorito por una razón a lo largo de las últimas rondas;
Esta semana tampoco lo ha tenido fácil. Se deshizo de Aleksandar Vukic y Luciano Darderi sin grandes problemas para comenzar su campaña. A continuación, se deshizo de Nuno Borges por un ajustado 7-5 en el segundo set. Pero la comodidad de sus victorias continuó con el buen estado de forma de Taylor Fritz en esta superficie, que se vio frenado por el alemán;
Sin embargo, fue Alejandro Tabilo quien planteó más problemas. El chileno llegó a estar 2-0 arriba en el tie-break del segundo set, pero se vino abajo y Zverev aprovechó su oportunidad y demostró su experiencia en los grandes escenarios. Zverev aprovechó su oportunidad y demostró su experiencia en los grandes escenarios. Encontró la manera de imponerse y selló la victoria que le da el pase a la final, además de abrir la posibilidad de un duelo entre chilenos. Hasta ahora, su rendimiento en tierra batida había sido mediocre: octavos de final en Madrid, cuartos de final ante Garin en Múnich y derrota en segunda ronda ante Tsitsipas en Montecarlo. Por tanto, no ha sido una mala racha, pero tampoco un estado de forma que le diera la etiqueta de favorito sobre el papel al inicio del torneo, incluso con la desaparición de grandes nombres. Pero se lo ha sacado de la manga y lo que será aún más dulce para Zverev podría llegar en París si logra sellar ese título. Así pues, un segundo Abierto de Roma que aún podría tener grandes implicaciones.
El chileno Jarry, un hombre peligroso
El año pasado por estas fechas, Nicolas Jarry había empezado a mostrarse al mundo del tenis. Ganó el Abierto de Ginebra antes del Abierto de Francia. Un torneo que no defenderá esta vez. Pero hace tiempo que es un jugador de élite en tierra batida, y cada vez mejor.
Tras una sanción por dopaje de la que no tuvo ninguna culpa, ha vuelto y ha seguido mejorando. Al final del torneo alcanzará el mejor registro de su carrera, pase lo que pase, y podría situarse entre los 15 primeros al final del fin de semana. Esta temporada ha tenido altibajos. Quizás no haya rendido a la altura de las expectativas durante la gira sudamericana sobre pista dura, pese a llegar a la final de Buenos Aires.
En la otra esquina, el chileno Nicolás Jarry.
En Miami, alcanzó los cuartos de final y repitió la hazaña esta vez en Roma. Aunque llegó más lejos. Alcanzó su primera final de Masters 1000 al derrotar a Stefanos Tsitsipas en tres sets, así como a Tommy Paul también en tres, para llegar a la final donde se enfrentará a Alexander Zverev. Se unió a Alejandro Tabilo en semifinales, con lo que se convirtió en la primera vez que varios chilenos están en una semifinal, así como la primera vez en un evento del circuito en general desde 2006. Al llegar a la final, emuló a Fernando González y podría hacer más historia ganando el título.
Una semana increíble para Chile y para Jarry, pero una que ciertamente ha estado llegando en los últimos meses, con el chileno continuando marcando los hitos desde convertirse en el No. 1 sudamericano hasta continuar sumando títulos más grandes, ahora tiene la mira puesta en la corona más grande de su carrera. Un jugador asociado durante mucho tiempo a ser un hombre peligroso en tierra batida podría alcanzar el destino sellando el título.
En cuanto a enfrentamientos directos, ya se han visto las caras en seis ocasiones, por lo que hay un historial que podría servir de guía para su choque. El balance es de 4-2 a favor de Zverev. Ganó sus dos últimos enfrentamientos en Pekín y Halle en 2023. Ambos en cuartos de final. Pero la clave, quizás en el contexto de esta superficie y esta eliminatoria, es que Jarry ganó su último enfrentamiento en tierra batida.
Derrotó a Zverev la temporada pasada en el Abierto de Halle 2024 para llegar a la final que luego ganó, así que a pesar de la ventaja de 4-2 a favor de Zverev, tal vez se vaya por la ventana en el contexto de este enfrentamiento. Quizás también, con estos dos llegando a la final de Roma, sea precursor del Roland Garros más abierto en años.