No lo ha pasado bien. No lo ha tenido fácil, pero
Novak Djokovic ya está en tercera ronda del
Open de Australia. El serbio ha ganado en cautro mangas al jugador local
Alexei Popyrin, que le tuvo contra las cuerdas cuando iban 1-1 iguales en set y tuvo bola para ganar el tercero.
En ese momento un Djokovic que parecía muerto sacó lo mejor de sí, salvó cuatro bolas de set, llegó al tie break y se acabó llevando el choque en cuatro mangas (6-3/4-6/7-6/6-3).
Y es que esta película la hemos visto mucho. Nole no ha ganado 24 Grand Slam siendo sublime en todos los partidos. Lo hemos visto sufrir en primeras rondas y en esos mismos torneos lo hemos visto reventar a sus rivales al final. Hasta el momento, ha jugado dos partidos en Australia y en no ha mostrado un nivel demasiado alto. Sin embargo, no le han forzado en ninguno cinco sets y ha acabado ganando ambos.
Y es que un Djokovic de baja intensidad es capaz de ganarle casi a cualquiera. Hoy en los tres primeros sets parecía que estaba sin fuerza sobre la pista, hasta que en el tercero se vio 0-40 y tres pelotas para perderlo y acabó reaccionando. Sí, digo reaccionando, no es que elevara su tenis hasta las alturas, simplemente lo subió lo suficiente como para que Popyrin no pudiera ganarle.
Djokovic ni celebró los sets. Sólo se encendió con un aficionado que le dijo algo desde la grada. El Nole más insulso de los últimos tiempos ya está a un paso de la segunda semana del Open de Australia. Ojo con él. Al final del duelo sí que se volvió hacia la grada y pegó un grito tremendo. Sacó toda esa rabia acumulada centrándose en el fan que le dijo algo y se marchó a descansar.