“No me dejen en ridículo ahí fuera”: Rafael Nadal bromea con que necesita tiempo para medirse nuevamente con Federer

Rafael Nadal recibió el premio AS Leyenda en Madrid el pasado fin de semana, y volvió a abrir una ventana poco habitual a su estado mental actual, entre el humor, el realismo y una profunda perspectiva. El 22 veces campeón de Grand Slam reflexionó sobre su estado físico, su relación con Roger Federer y la posibilidad de compartir pista con él de nuevo en alguna forma.

El español no rehuyó lo evidente: mientras Federer lleva más de dos años retirado, el tiempo de Nadal lejos de las pistas se ha definido por parones y regresos, no por una despedida nítida. Aclaró que, pese a la constante especulación, la puerta a una futura exhibición sigue abierta, si las circunstancias le permiten competir sin sentirse fuera de lugar. El respeto y el afecto de Nadal por Federer quedaron patentes en todo momento.

Al hablar de sus propias limitaciones, Nadal admitió el desequilibrio entre sus niveles actuales de preparación. Federer, señaló, lleva meses entrenando con regularidad, mientras que el trabajo de Nadal ha sido mínimo. Esto derivó en un momento de humor entre ambos, según Nadal, que remarcó que, para que ocurra algo público, al menos necesitaría una oportunidad de prepararse en condiciones. Aun así, sostuvo que algo entre ellos “acabará” materializándose si es agradable para ambos.

Nadal también se tomó tiempo para reflexionar sobre su relación más amplia con el tenis, la fama y la identidad personal. Al pensar en cómo afronta los momentos difíciles, Nadal restó importancia a cualquier idea de heroísmo personal. Subrayó que su éxito proviene del esfuerzo, no de la autopercepción: “Yo solo he jugado al tenis; no he inventado nada en este mundo”, dijo el 22 veces campeón de Grand Slam. “Intento no perder la perspectiva en esto, creo que nunca lo he hecho. Nunca me he sentido más especial que eso. Sí, los resultados dicen que en una pista de tenis he sido notable, pero fuera de ella soy una persona normal y corriente. Esta es la realidad.”

Nadal reconoció que las conversaciones sobre compartir pista con Federer de nuevo siguen en marcha, aunque siempre de forma informal. Elogió la calidad de su amistad y reiteró que la idea sigue siendo posible: “En términos de posibilidad, puede suceder. Nunca se sabe. Mantengo una relación muy buena con Roger; hablamos con regularidad. Creo que en algún momento saldrá algo. Él lleva más tiempo fuera, y yo, en un año, he jugado literalmente 45 minutos un día y 45 minutos otro, siendo honesto. Para volver a una pista y no ser un desastre, necesitaría un poco de tiempo.”

Cuando le preguntaron quién ganaría si una exhibición se disputara mañana, la respuesta de Nadal fue inmediata y honesta. No intentó inflar expectativas, sino que remarcó que Federer está ahora en una situación física mucho mejor: “Sinceramente, él. Lleva entrenando más tiempo que yo. Creo que tiene algo previsto para enero, así que se ha estado preparando desde hace un tiempo. Ya le dije en nuestra última conversación que si tenemos que hacer algo, me avise con un poco de tiempo. No me hagas quedar ridículo ahí en la pista. Si alguna vez surge la oportunidad, y es divertido para los dos, estaría bien.”

Preguntado por si entrenaría a sus propios hijos como Toni Nadal le entrenó a él, Rafa respondió con humor y sinceridad. No tiene planes de empujarles al tenis, y destacó el valor del deporte en sentido amplio:

“Bueno, solo hay un Toni. No puede haber dos (risas). Sinceramente ni lo pienso. Quiero que hagan lo que les apetezca. Con el pequeño, que tiene tres meses, no estoy intentando hacer absolutamente nada. Básicamente, observar lo que puede hacer. Y yo también, siendo honesto. Con el mayor, lo que intento es que haga deporte.”

Luego profundizó en su propia crianza y en por qué espera que sus hijos crezcan en un entorno igualmente activo: “De niño, tuve la suerte de crecer en un ambiente familiar deportivo... El deporte en sí tiene capacidad para educar, para desarrollarte de muchas maneras. Por eso me gustaría que mis hijos hicieran deporte. El mayor tiene tres años, y lo mantengo en movimiento todo el día. Si alguna vez me necesitan, espero estar ahí.”