El hotel propiedad del ex número uno del mundo, Andy Murray, y su esposa Kim, ha registrado unas pérdidas de 369.045 libras en el ejercicio fiscal que finalizó en marzo. A pesar de esta cifra negativa, supone una mejora significativa con respecto al año anterior, cuando el establecimiento perdió casi un millón de libras (919.572 £).
Murray, de 37 años, y Kim adquirieron el hotel en 2013 por cerca de 2 millones de libras. El establecimiento está situado cerca de Dunblane, la ciudad natal del tenista escocés, y ha sido utilizado en varias ocasiones para eventos familiares.
Según el informe publicado por Edinburgh Live, el hotel solo ha obtenido beneficios una vez en los últimos años. En 2022, el negocio cerró el ejercicio con unas ganancias de 416.442 libras, pero desde entonces ha encadenado dos ejercicios con importantes pérdidas económicas.
El hotel está situado en una extensa propiedad de 34 acres de terreno privado y cuenta con unas instalaciones de lujo que incluyen 10 habitaciones, cinco suites y un lodge de un dormitorio. Ha sido un lugar importante para la familia Murray: su hermano Jamie celebró allí su boda y sus abuelos también han conmemorado sus aniversarios en el mismo establecimiento.
Murray es considerado el mejor jugador británico de la historia del tenis masculino en la categoría individual. El escocés puso fin a su exitosa carrera deportiva tras participar en los Juegos Olímpicos de París el año pasado.
A lo largo de su trayectoria profesional, Murray conquistó tres títulos de Grand Slam. Su primer gran triunfo llegó en el Abierto de Estados Unidos de 2012, donde venció al serbio Novak Djokovic en una emocionante final que se resolvió en cinco sets con un marcador de 7-6(12-10), 7-5, 2-6, 3-6 y 6-2.
Un año después, en 2013, Murray hizo historia al convertirse en el primer británico en ganar Wimbledon desde Fred Perry en 1936. Lo logró al derrotar nuevamente a Djokovic en la final, esta vez en tres sets, con un resultado de 6-4, 7-5 y 6-4.
En 2016, el escocés levantó su segundo título de Wimbledon y su último Grand Slam, imponiéndose al canadiense Milos Raonic en sets corridos con un marcador de 6-4, 7-6 y 7-6. Ese mismo año, Murray alcanzó el número uno del mundo en el ranking ATP, consolidando su estatus como uno de los mejores jugadores de su generación.
Poco después de anunciar su retirada del circuito profesional, Murray inició una nueva etapa como entrenador. En una sorprendente decisión, el británico comenzó a colaborar con el ex número uno del mundo y leyenda del tenis serbio, Novak Djokovic.
Ambos decidieron continuar su asociación hasta Wimbledon de este año, lo que marca un giro interesante en la carrera post-competitiva de Murray. La colaboración entre dos de los mejores jugadores de su generación ha despertado gran interés en el mundo del tenis, y se espera que Murray pueda aportar su experiencia y visión para ayudar a Djokovic a mantenerse en la élite del circuito.