Nick Kyrgios abrirá su andadura en
Wimbledon el lunes por la tarde y antes de eso, participó en una larga entrevista con Men's Health en la que habló de un sinfín de temas.
Esto incluía sus propias batallas contra la salud mental, la adicción, las autolesiones y los pensamientos suicidas.
Durante un periodo oscuro de su vida, dijo que no podía sentir nada en absoluto y que estaba entumecido.
"Estaba entumecido. Funcionaba con el piloto automático todos los días. Alejaba a la familia, los amigos y las relaciones. Mi carrera estaba en piloto automático. Hacía las cosas porque me decían que las hiciera. Literalmente, no sentía nada", declaró a
Men's Health.
"El único momento en que sentía algo era cuando hacía esas cosas [autolesionarme, cortarme o quemarme] o cuando bebía. Era entonces cuando me sentía bien, y eso es preocupante. Jugaba en torneos, miles de personas me miraban, y no sentía nada. La mayoría de la gente se sentiría genial pudiendo hacer eso. Yo me sentía fatal. Fue una época dura, nada agradable, ni remotamente cercana a lo decente.
Hacer frente al racismo
Pero no sólo ha abordado esa faceta de su vida, sino que también se ha sincerado sobre otra que no era necesariamente conocida por el racismo en su país, Australia.
"He sufrido racismo. Australia es un país bastante racista en general, uno de los más racistas del mundo".
"En el deporte y en la vida me he curtido, así que lo llevo mejor que antes. Pero nunca es fácil.
"Algunas de las personas más emblemáticas del deporte en Australia nos han dicho a mí y a mi familia que nos vayamos por donde hemos venido y este tipo de gilipolleces. Cosas que no son aceptables, nada aceptables.
La imagen de chico malo es a la vez una ayuda y un obstáculo
Sobre su imagen de chico malo, Kyrgios admite que le ha servido de ayuda y de obstáculo en su carrera, ya que la percepción se ha visto empañada por la realidad.
"Diría que a veces me ha ayudado y a veces no. El tenis es un deporte muy repetitivo, no es fácil, puede ser muy tedioso y requiere una disciplina y una paciencia increíbles. La gente me ve volátil, pero no se llega tan lejos en este deporte sin serenidad y paciencia. De hecho, soy increíblemente paciente".
"Creo que siempre he sido muy perfeccionista y, a veces, para sacar lo mejor de mí mismo, tengo que encenderme, salir de la rutina, elevar mis niveles de energía. Un arrebato mental puede ponerme en marcha. Todo es cuestión de equilibrio. Todos los deportistas se meten en una zona y necesitan un poco de energía".
No estaría insatisfecho sin un título de Grand Slam
Pero Kyrgios, que el año pasado alcanzó por primera vez una final individual de Grand Slam en Wimbledon, no cree que vaya a dejar el deporte insatisfecho si nunca alcanza sus sueños.
"En absoluto. He tenido esa conversación conmigo mismo y es difícil. Desde que llegué, todo el mundo tiene una opinión sobre mí. Es uno de los jugadores con más talento... ¿llegará a desarrollar todo su potencial? Si dejas que sus expectativas te influyan, puedes sentirte fracasado. Pero puedo mirar atrás y ver que he conseguido cosas muy buenas. He conseguido muchas cosas, he hecho un viaje increíble".
