Jessica Pegula y
Emma Navarro destacaron durante el
US Open por multitud de razones. La primera perdió ante Aryna Sabalenka en la final, mientras que la segunda hizo su irrupción en el Grand Slam llegando a semifinales. Pero en medio de todo ello surgió una nube de descontento en torno a sus familias contra la que apuntó
Jimmy Connors.
En particular, sus padres son conocidos por ser Terry Pegula, un rico y exitoso hombre de negocios, propietario de los Buffalo Bills, una importante franquicia de la NFL. Pegula se hizo rico en la industria petrolera y, en realidad, tuvo unos orígenes bastante humildes.
Mientras que Navarro desde que llegó ha sido objeto de las mismas críticas. Su padre, Ben Navarro, dirige CreditOne, un conocido banco, y también es propietario del torneo de tenis Charleston Open.
El legendario ex tenista habló en su podcast Advantage Connors y dijo que han molido lo mismo que otros para llegar a sus puestos y se preguntó cuál es el problema de que sus familias tengan riqueza.
"Casi te hace sentir mal cuando oyes que alguien intenta quitarles algo a estos chicos [Pegula y Navarro]", dijo Connors en
Advantage Connors' "[Ellos] están ahí fuera machacándose, jugando estos partidos, entrenando bajo el sol ardiente, sacrificándose.
"Con el debido respeto, estos chicos intentan abrirse camino, así que ¿por qué no? ¿Cuál es el problema? Dime cuál es el problema".
Ambas jugadoras se han apresurado a compartir que no han recibido ayuda en sus actividades tenísticas debido a su respaldo familiar. Genie Bouchard, en particular, fue objeto de críticas en un primer momento. En concreto, Genie Bouchard fue criticada en un primer momento por un comentario fuera de lugar en el que respondía sarcásticamente que el dinero no puede comprar una final del US Open.
Navarro, en particular, ha jugado en los últimos 12 meses muchos torneos de menor nivel y ha luchado en los torneos ITF y WTA 125 para alcanzar el top 10 de la clasificación de la WTA. Pero en medio de artículos de publicaciones que las califican como las tenistas más ricas del mundo y cuestionan su humildad, Connors no entiende por qué esto es siquiera un debate.