El Príncipe Saudí pasa de las acusaciones de lavado deportivo en medio del traslado de la Next Gen ATP Finals: "No me importa"

El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, ha respondido con indiferencia a las acusaciones de lavado deportivo que han rodeado a su país en medio de los grandes movimientos en el mundo del deporte, particularmente en el tenis, donde se espera el traslado de las próximas Next Gen ATP Finals a territorio saudí.

El líder de facto saudí, ampliamente conocido como MBS, ha estado al mando de un monumental gasto en el ámbito deportivo desde que asumió el poder hace seis años. Este gasto se ha materializado a través del Fondo de Inversión Pública (PIF) del país, que posee activos valorados en más de 700.000 millones de dólares.

Este masivo desembolso en el deporte forma parte de la estratégica Visión 2030, un plan ambicioso que tiene como objetivo transformar el reino del Golfo, reduciendo su dependencia de los combustibles fósiles. Hasta la fecha, Arabia Saudí ha establecido sólidas relaciones con futbolistas de élite, atrayéndolos para jugar en su liga nacional y adquiriendo una participación del 80% en el club de fútbol inglés Newcastle United.

Sin embargo, las inversiones de Arabia Saudí en el deporte no se limitan al fútbol. El país ha diversificado sus activos en el ámbito deportivo, abarcando la adquisición exitosa de equipos de golf, la organización de eventos deportivos de alto nivel como la Fórmula 1 y la lucha libre. Más recientemente, han entrado en el mundo del tenis.

Uno de los movimientos más notables en este sentido ha sido el acuerdo para albergar las Next Gen ATP Finals durante un período de cinco años. Los observadores creen que esto es solo el comienzo de la incursión saudí en el tenis, ya que se espera que los líderes de la ATP y la WTA se reúnan para discutir formalmente una fusión, con la intención de crear un producto deportivo unificado para los saudíes.

En una entrevista exclusiva con Fox News, el príncipe Mohammed habló en inglés por primera vez y argumentó desde una perspectiva económica sobre la exuberante inversión de su país en el deporte, que ha sido objeto de críticas por parte de grupos defensores de los derechos humanos que alegan que Arabia Saudí busca mejorar su reputación internacional a través del deporte.

"Si el término 'lavado deportivo' contribuye a un aumento del 1% en mi Producto Interno Bruto (PIB), entonces continuaremos haciendo 'lavado deportivo'. No me importa el término. Hemos experimentado un crecimiento del 1% en el PIB gracias al deporte y aspiramos a alcanzar otro 1,5%. Llámelo como quiera, estamos decididos a alcanzar ese 1,5%," afirmó el príncipe Mohammed.

El enfoque pragmático del príncipe saudí refleja su determinación de utilizar el deporte como una herramienta para avanzar en la transformación de su país y lograr un crecimiento económico sostenible. A medida que Arabia Saudí continúa consolidando su presencia en el escenario deportivo global, la controversia en torno a sus inversiones y su impacto económico seguramente seguirá siendo un tema de debate en el mundo del deporte.