Si bien el tenis puede parecer un deporte de élite, dominado por jugadores privilegiados,
Novak Djokovic, tanto dentro como fuera de la pista, demuestra ser despiadado en su búsqueda de la grandeza y compasivo con sus compañeros. A medida que el deporte evoluciona, Djokovic se convierte en un faro de esperanza para aquellos que, como él, conocen de cerca los desafíos económicos que enfrenta el tenis.
El tenis ha sido históricamente un deporte costoso, donde los gastos de viaje, entrenadores y equipo de apoyo de calidad son esenciales para alcanzar el éxito. Djokovic, originario de un entorno humilde, comprende plenamente la magnitud de los gastos involucrados en el tenis profesional. Su experiencia personal le ha infundido una compasión que lo distingue como un líder en la búsqueda de cambios en el deporte.
Una de las iniciativas más notables de Djokovic es la creación de la Asociación de Tenis de Profesionales (PTPA, por sus siglas en inglés), un esfuerzo por unir a los jugadores en un sindicato que defienda sus derechos, independientemente de si compiten en el circuito de la ATP o en el de la WTA. La PTPA es un testimonio de la firme creencia de Djokovic en que los tenistas merecen una voz en la toma de decisiones y una parte justa de los ingresos generados por el deporte.
Recientemente, Djokovic compartió sus pensamientos en una entrevista con ESPN, donde expresó su preocupación por la falta de oportunidades económicas para la mayoría de los jugadores de tenis. "Hablamos mucho de cuánto dinero ganan los ganadores del US Open, pero no hablamos de cuántos jugadores, hombres y mujeres, individuales, dobles, todos juntos, profesionales viven de este deporte. Son menos de 400 jugadores como máximo para un deporte que es superglobal y además es uno de los deportes más vistos del planeta. Eso es pobre. Es un fracaso para nuestro deporte", declaró Djokovic.
El seis veces campeón del US Open también compartió su experiencia personal, recordando sus días de lucha en los que tuvo que enfrentarse a la falta de respaldo de una federación fuerte, así como a la incapacidad de costear entrenadores y fisioterapeutas de calidad. Su camino desde Serbia hacia la cima del tenis le ha otorgado influencia y poder, que ahora está decidido a utilizar para mejorar las condiciones para los jugadores de todo el mundo.
Djokovic no solo es un competidor incansable en la cancha, sino que también se ha convertido en un defensor apasionado de la igualdad y el bienestar de los tenistas profesionales. Su despiadada determinación para triunfar en el tenis se combina con una compasión profunda por sus compañeros, en un esfuerzo por hacer del tenis un deporte más inclusivo y justo para todos.