Todo sobre Elena Rybakina

Elena Rybakina, nacida el 17 de junio de 1999 en Moscú, Rusia, es una tenista profesional que juega para Kazajstán. Es conocida por su potente saque y su agresivo juego desde la línea de fondo. Rybakina saltó a la fama internacional en 2020, cuando ganó su primer título WTA en Hobart y alcanzó la final de otros cuatro torneos WTA ese año. Su mayor logro llegó en 2022, cuando ganó Wimbledon, convirtiéndose en la primera kazaja en conquistar un título de Grand Slam. Rybakina es una de las estrellas emergentes del tenis femenino y suele estar entre las 10 primeras de la clasificación de la WTA. También ha logrado resultados impresionantes en otros grandes torneos y sigue siendo una fuerza importante en el circuito gracias a su poderoso juego y a su resistencia mental.

Nombre: Elena Rybakina
Nacida: 17 de junio de 1999
Lugar de nacimiento: Moscú, Rusia
Altura: 1.84m
Profesional desde: 2016

Elena Rybakina, nacida el 17 de junio de 1999 en Moscú, Rusia, es una tenista profesional de 25 años que representa a Kazajistán. Comenzó su carrera jugando para Rusia, pero cambió a Kazajistán en 2018. Rybakina es conocida por su potente saque y su agresivo juego desde la línea de fondo. Proviene de una familia atlética, aunque se sabe poco de sus padres. Sus entrenadores y mentores han desempeñado un papel importante en su ascenso en el tenis internacional.

Rybakina saltó a la fama en 2020, cuando ganó su primer título WTA en Hobart y alcanzó cuatro finales más. Su mayor éxito llegó en 2022, cuando ganó Wimbledon y se convirtió en la primera kazaja en conquistar un título de Grand Slam. Desde entonces se ha mantenido permanentemente entre las 10 primeras de la clasificación de la WTA.

En términos de ingresos, Rybakina gana sumas considerables gracias al dinero de los premios y a acuerdos de patrocinio con marcas como Adidas y Yonex. Está considerada uno de los talentos más prometedores del tenis femenino y sigue siendo una rival peligrosa en todos los grandes torneos.

Elena Rybakina comenzó su carrera como tenista profesional en 2016, pero tuvo que esperar hasta 2017 y 2018 para empezar a hacerse un nombre de verdad. En 2018, se trasladó de Rusia a Kazajistán, recibiendo el apoyo de la Federación de Tenis de Kazajistán para llevar su carrera al siguiente nivel. Esta resultó ser una decisión decisiva para su ascenso. Ganó varios títulos de la ITF y comenzó a dar sus primeros pasos en la gira de la WTA. A finales de 2018, estaba entre las 200 mejores, lista para abrirse paso al más alto nivel.

2019 marcó el avance definitivo de Rybakina. Ganó su primer título WTA en Bucarest y también alcanzó la final del torneo de Nanchang. Su potente saque y su agresivo juego desde la línea de fondo destacaron y le aseguraron terminar el año entre las 50 mejores de la clasificación mundial. Fue un comienzo prometedor para lo que se convertiría en una carrera impresionante.

En 2020, Rybakina continuó su ascenso. Ganó su segundo título WTA en Hobart y alcanzó las finales de otros cuatro torneos, incluido el prestigioso torneo WTA Premier de Dubái. Esta racha de buenas actuaciones la llevó al top 20 de la clasificación mundial y, a pesar de verse interrumpida por la pandemia de COVID-19, Rybakina demostró que pertenecía a la élite del tenis femenino.

2021 fue un año de estabilidad para Rybakina. Demostró que era una fuerza constante en el circuito al alcanzar los cuartos de final de Roland Garros, su mejor actuación en un Grand Slam hasta ese momento. Aunque no ganó ningún torneo ese año, su regularidad en los torneos confirmó su puesto entre las 20 mejores.

El punto culminante de la carrera de Rybakina llegó en 2022, cuando se proclamó campeona de Wimbledon. No sólo fue su primer título de Grand Slam, sino también una victoria histórica, ya que se convirtió en la primera jugadora de Kazajstán en ganar un torneo de Grand Slam en individuales. Entre otras cosas, derrotó a Simona Halep y se impuso en la final a Ons Jabeur. Esta victoria la catapultó a la cima del tenis femenino y la convirtió en una habitual del top 10 de la clasificación de la WTA. Además de Wimbledon, también alcanzó la final de otros torneos de la WTA ese año, consolidando aún más su posición dominante en el circuito.

En 2023, Rybakina mantuvo su buena forma. Llegó a la final del Abierto de Australia, donde perdió contra Aryna Sabalenka en un emocionante partido. Sin embargo, ganó los títulos WTA 1000 de Indian Wells y Roma, demostrando que era peligrosa a cualquier nivel. Estas victorias la confirmaron como una de las principales favoritas en todos los torneos en los que participaba. Rybakina terminó el año como una fija entre las 10 mejores del mundo, y sus actuaciones demostraron que era una fuerza perdurable en el tenis femenino.

En 2024, Elena Rybakina comenzó la temporada con fuerza al coronarse campeona en Brisbane tras vencer a Aryna Sabalenka. Sin embargo, su campaña en el Open de Australia fue breve, cayendo en la segunda ronda ante Anna Blinkova en un partido memorable por incluir el tie-break más largo en la historia de los Grand Slams.

En febrero, Rybakina volvió a brillar al conquistar Abu Dhabi tras derrotar a Daria Kasatkina en la final. En abril, sumó un tercer título en Stuttgart, superando en semifinales a la doble campeona Iga Świątek y derrotando a Marta Kostyuk en la final en sets corridos. Más tarde, alcanzó los cuartos de final en Roland Garros, donde fue eliminada por la finalista Jasmine Paolini.

En la temporada de hierba, su racha se vio interrumpida por una enfermedad que la obligó a retirarse en Berlín y en Eastbourne. A pesar de eso, en Wimbledon dejó su huella al arrasar con la ex número uno del mundo, Caroline Wozniacki, en solo 57 minutos. Llegó a semifinales tras derrotar a Elina Svitolina, pero fue frenada por Barbora Krejčíková.

Su participación en los Juegos Olímpicos de París quedó trunca al anunciar su baja por bronquitis aguda. Luego, en el US Open, avanzó a la segunda ronda antes de retirarse nuevamente por problemas físicos no especificados. El 23 de septiembre, Rybakina confirmó que se perdería toda la gira asiática por una lesión en la espalda, cerrando así una temporada marcada por éxitos y contratiempos.