No buscaba muchos, pero necesitaba uno": Justine Henin reflexiona sobre las amistades en el tenis

WTA
lunes, 22 septiembre 2025 en 20:50
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Justine Henin es recordada como una de las competidoras más feroces que el tenis femenino jamás ha visto: una ex número uno del mundo con siete títulos de Grand Slam, incluyendo cuatro Roland Garros, dos US Opens y un Australian Open. Sin embargo, detrás de la elegante volea de mano izquierda y la voluntad de hierro, Henin admite que también había aislamiento. “La gente decía que yo era fría”, recordó en una conversación franca en Tennis Insider Club , el podcast de Caroline Garcia. “Pero lo asumí completamente. No podía manejar la vida social, ser amable con todos y dar mi tiempo a todos. Estaba allí para jugar al tenis, para hacer el trabajo”.
La campeona belga explicó que crear una burbuja era su forma de sobrevivir a las implacables demandas de la vida en el circuito. “Estaba donde quería estar: era mi sueño”, dijo. “Pero cuando llegué, por supuesto, había mucha presión. Fue un desafío increíble lidiar con eso. Para mí, bloquear cosas era positivo. Estaba enfocada en lo que importaba".
La carrera de Henin estuvo llena de logros brillantes; 117 semanas como Nº 1 del mundo, un total de 41 títulos y el oro olímpico en Atenas 2004, pero pocas amistades. “Nathalie Dechy fue mi única amiga real en el circuito”, admitió. “No estaba buscando muchas, pero sí necesitaba una. De lo contrario, puede ser muy solitario”. En un deporte donde los jugadores pasan gran parte de sus vidas viajando, entrenando y compitiendo el uno contra el otro, reconoció el costo de su obsesiva determinación.
Su entrenador, Carlos Rodríguez, fortaleció esa concentración. “Fue muy claro: ¿qué queremos hacer, quiénes queremos ser? Para nosotros, el tenis y las metas eran más importantes que ganar más dinero. También me dijo: cuando lees un artículo, positivo o negativo, pierdes un set. Era matemático, y tenía razón. Así que dejé de leer la prensa".

“La vida es muy, muy buena después del tenis”

Si Henin luchó con la soledad durante sus días de jugadora, la jubilación le brindó la oportunidad de volver a conectarse con las simples alegrías que una vez echó de menos. “Como dije el otro día, la vida es muy, muy buena después del tenis", sonrió. “Incluso si seguimos en ello, puedo usar mi experiencia en muchas formas sin estar bajo los reflectores. Realmente aprecio ahora estar en casa, viviendo con cosas simples. La buena vida familiar, no necesitas mucho para ser feliz y satisfecho”.
Sus dos hijos son fundamentales para esa felicidad. Su hijo, que ahora tiene ocho años, viene jugando tenis desde hace tres, pero Henin insiste en alejarse del papel de entrenadora. “Hace dos años traté de darle algunos consejos, él tenía seis”, se rió. "Me detuvo y dijo: ‘Mamá, es demasiado largo, lo olvidaste todo. Mi entrenador es Guillaume’. Y lo entendí inmediatamente".
Aunque conoce el juego mejor que la mayoría, Henin ve el papel del padre de manera diferente. “Claro que sé mucho de tenis y quiero compartir, pero no lo voy a transmitir de la manera correcta porque tengo las emociones de una madre”, explicó. “El tenis es tan difícil, estás solo en la cancha. Cuando ves a tu hijo a esa edad, necesitas tomar distancia y decir, esto es genial para él, él tendrá que encontrar las soluciones por sí mismo”.
Ella no descarta la posibilidad de que su hijo siga sus pasos, pero tiene cuidado de no proyectar su camino en él. “No diría que no quiero que sea profesional, pero no es mi sueño para él. Si se convierte en su sueño, está bien. Pero siempre les digo a mis hijos: tienen que hacer lo que les gusta hacer”.

Sacrificios, Presión y Perspectiva

La historia de Henin también trata sobre el sacrificio, una de las razones por las cuales la soledad era tan prevalente. Después de perder a su madre a una temprana edad, sus tías jugaron un papel vital en su crianza. Pero el tenis la mantenía alejada de la vida familiar. "Mis tías fueron muy importantes para mí después de que mi madre falleciera. Pero cuando jugaba, tuve que explicar: no tengo mucho tiempo para compartir con ustedes. La comunicación fue clave, traté de decirles lo que necesitaba, aunque no siempre fuera fácil".
La decisión de alejarse del tenis a los 25 años conmocionó al mundo del tenis, pero para Henin, fue un acto de autoprotección. “Era muy joven, pero necesitaba dar energía a mi vida personal, volver a conectarme y avanzar. Más tarde intenté regresar, pero con las lesiones fue difícil”.
Hoy, reflexiona sobre su carrera con gratitud, pero también con claridad sobre sus costos. “El deporte aporta tantas cosas a los niños y a la vida en general”, agregó la antigua Nº 1. “Se supone que debemos ser campeones en algo, tal vez no bajo los reflectores, pero de diferentes maneras. Y a veces puedes hacer cosas asombrosas lejos de eso y ser muy feliz”.
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