Naomi Osaka ha vuelto a saborear la gloria al coronarse campeona del Torneo Challenger de Saint-Malo, consolidando su regreso con una conquista sobre tierra batida. La elección de disputar un certamen del circuito WTA 125k en Francia ha dado resultado: consiguió su primer título desde su maternidad.
Además, este triunfo representa el primero sobre arcilla en su carrera. La japonesa se impuso con autoridad a Kaja Juvan por 6-1 y 7-5. Gracias a esta victoria, escalará siete posiciones en el ranking, superando a Emma Raducanu y situándose en el puesto 48 del mundo.
Ha sido una travesía complicada para la ex número uno del mundo, quien desde su regreso ha prometido recuperar su mejor nivel. Sin embargo, las molestias físicas y la falta de continuidad dificultaron su camino.
Tras caer ante Lucia Bronzetti en Madrid, optó por competir en un torneo de menor categoría. La decisión no solo le proporcionó triunfos, sino también un impulso anímico similar al que vivieron Elina Svitolina y Belinda Bencic en sus respectivos regresos.
Durante la final, llegó a estar 2-4 abajo en el segundo parcial, con riesgo de irse 2-5, pero logró revertir la situación a tiempo. Mantuvo la compostura, resistió y terminó cerrando el encuentro con solvencia.
Juvan, por su parte, también obtuvo una recompensa significativa: ascendió 159 peldaños en la clasificación, superando incluso la progresión de Osaka. Ambas tomaron una decisión que ha rendido frutos.
En su camino al título, Osaka venció a Petra Marcinko, Diane Parry, Elsa Jacquemot y Leolia Jeanjean. Tres de ellas eran locales y, excepto Jeanjean, todas cayeron en dos mangas.