Mirra Andreeva y sus 17 años: "A veces sigo siendo una niña, puedo enfadarme"

Mirra Andreeva comenzó la temporada de forma magnífica, ya que la jugadora de 17 años debutó entre las 15 mejores y también luchó hasta perder por la mínima contra Aryna Sabalenka en Brisbane.

Pero a pesar de la derrota, todo es una experiencia de aprendizaje, como comentó en la final de Ningbo, en la que lloró desconsoladamente consolada por la campeona y gran amiga Daria Kasatkina.

"Esto era un poco pesado", dice Andreeva, riendo mientras habla con The Guardian. "No fue un momento agradable. Después, con Dasha, compartimos momentos agradables juntos. Ella intentó calmarme. No creo que lo consiguiera porque después empecé a llorar aún más.

"También es una experiencia de aprendizaje. Tengo que aceptarlo. Ahora, cuando veo esos vídeos en los que lloro, me río de mí mismo porque no pude contenerme. Es de nuevo una experiencia que tenía que estar ahí en mi carrera".

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Al igual que el papel que desempeña Conchita Martínez. Leyenda de este deporte, ha bromeado diciendo que hasta ahora su desarrollo ha sido "aceptable", pero que mantiene cierta petulancia a medida que se acerca el momento de convertirse en adulta durante la temporada de tierra batida, con su 18 cumpleaños a la vista.

"Yo diría que a veces sigo siendo una niña", dice Andreeva sonriendo. "Puedo enfadarme. Si [ella] dice algo que no me gusta, pienso: 'Vale, pues voy a hacer algo que a ella tampoco le guste'. Intento cabrearla. Ella es como: "Oh, Dios mío, ¿qué estás haciendo? Empezamos a reírnos de ello y nos olvidamos de todo eso. A veces puedo ser un poco pesado. Pero hasta ahora está haciendo un buen trabajo. Está bien".

"Creo que se me conoce [como] la persona que piensa en negativo la mayor parte del tiempo. Incluso el año pasado a principios de año. Ahora me estoy dando cuenta de que no era correcto, la forma en que pensaba, la forma en que enfocaba los partidos, qué tipo de pensamientos tengo también durante el partido.

"Cuando empezamos a trabajar juntos, sin duda aportó positividad. Ahora, cuando echo de menos, por ejemplo hace un año: [Si me comparo con el día de hoy, diría: 'Bueno, está bien. Ha sido un buen fallo. Seguimos trabajando'. Esa es la diferencia".