Iga Swiatek, la actual número 2 del mundo, inició su participación en el
China Open con autoridad, derrotando a la jugadora local Yue Yuan 6-0, 6-3 para asegurar su plaza en la tercera ronda. La victoria fue clínica, pero fueron sus palabras fuera de la cancha las que atrajeron mayor atención durante este giro asiático.
En un momento en el que sus colegas, Taylor Townsend y Lorenzo Musetti, han sido criticados por comentarios percibidos como xenófobos hacia los fanáticos chinos, la actitud respetuosa y agradecida de Swiatek destacó. En lugar de alimentar la controversia, resaltó la generosidad y creatividad de sus seguidores en Pekín.
La situación en torno a sus colegas había creado un ambiente tenso. Los comentarios de Townsend en la fiesta de bienvenida de la Copa Billie Jean King, donde se mofó de la comida local, causaron indignación en las redes sociales chinas y obligaron a la estadounidense a emitir una disculpa pública. Finalmente se retiró tanto del Abierto de China como del Abierto de Wuhan, perdiéndose eventos cruciales para cerrar la temporada.
Musetti también recibió críticas después de que supuestamente se refiriera a la tos de los aficionados durante sus partidos de manera despectiva. Estos incidentes dejaron un sabor amargo, haciendo que las palabras de Swiatek contrastaran aún más.
“Hace dos años me quedé impactada”
Durante su conferencia de prensa, le preguntaron a Swiatek acerca de la recepción que ha tenido por parte de los aficionados en China. En lugar de concentrarse en aspectos negativos, compartió una anécdota que reflejaba la bondad de los seguidores locales. “No sé si estamos hablando de lo mismo. Sí, alguien me entregó un libro con dibujos. Era como un cómic. Era hermoso. La gente es realmente talentosa”, explicó. Para Swiatek, el regalo no fue solo un gesto de admiración, sino un símbolo del puente cultural que el tenis crea entre atletas y aficionados. Su sonrisa al recordar el momento reflejaba una auténtica apreciación.
Fue más allá, explicando que este no fue un caso aislado. Swiatek recordó su primer viaje a China hace dos años, cuando también se vio abrumada por la cantidad de regalos y apoyo de los fans. “Hace dos años me quedé impactada cuando llegué aquí y me dieron regalos así, porque nunca antes había experimentado algo similar."
"Ahora es incluso más, diría yo. Las personas agradecen mucho que vengamos y juguemos, a veces hasta nos ven como inspiración. Sí, eso definitivamente nos motiva. Es fantástico”, declaró. Sus reflexiones no solo resaltaron su humildad, sino también cómo el respeto y la apertura pueden fomentar conexiones globales más fuertes en el deporte.
El contraste de Swiatek con la controversia
El peso de las palabras de Swiatek radica precisamente en su momento de emisión. Mientras que los comentarios de Townsend y Musetti corrían el riesgo de alienar a los aficionados, Swiatek mostró lo contrario: una deportista que reconoce y valora las experiencias únicas de jugar en el extranjero. Sus anécdotas sobre dibujos, cómics y regalos pequeños pero sentidos, fueron un recordatorio de que el fandom en el tenis a menudo va más allá de animar desde las gradas. Implica creatividad, inversión emocional y orgullo cultural. Al abrazar eso, Swiatek se posicionó como una jugadora que no solo gana títulos, sino que también gana corazones.
Para los aficionados chinos, su actitud ha sido un cambio refrescante. En lugar de tratar su cultura como un obstáculo, la celebró como una fuente de energía y motivación. Este es un mensaje poderoso, especialmente durante una parte del tour donde los malentendidos culturales han dominado los titulares. Los comentarios de Swiatek también refuerzan su reputación como una campeona con los pies en la tierra, alguien que puede dominar a sus oponentes en la cancha, pero que sigue abierta al lado humano del tenis.