Historia en Miami, drama en Eastbourne y el regreso de una leyenda: los momentos del año de la WTA 2025

La temporada WTA 2025 ha dejado momentos llamativos. Desde irrupciones inesperadas en torneos WTA 1000 hasta leyendas regresando a la pista.

Los aficionados han elegido sus Momentos del Año de cada categoría de torneo WTA. Hubo numerosas historias increíbles en un año de imprevisibilidad y de nuevos nombres tomando el protagonismo.

El Momento 1000 del Año no es otro que la impactante actuación de Alexandra Eala en el Open de Miami. No solo protagonizó varias sacudidas en el mundo del tenis, sino que hizo historia para su país al convertirse en la primera filipina en alcanzar una semifinal en el circuito WTA.

Sería la primera de varias ocasiones en una temporada vertiginosa en la que la jugadora de 20 años rompería nuevos límites para su país. Con 19 años, entró en el cuadro principal del Miami Open gracias a una invitación. Era su sexto torneo de esta categoría, con solo una victoria previa. Empezó con fuerza, superando a Katie Volynets antes de firmar la primera de una larga lista de sorpresas. Jelena Ostapenko fue la primera en caer ante la entonces jugadora de 19 años. Después llegó un triunfo más contundente frente a la campeona vigente del Abierto de Australia, Madison Keys, cediendo apenas seis juegos en una actuación rotunda que centró los focos sobre ella.

Tuvo descanso en octavos cuando la ex número dos del mundo Paula Badosa se retiró por otro problema físico, lo que le abrió camino a cuartos. Parecía que su aventura acabaría ahí, con Iga Swiatek en su camino. Sin embargo, continuaron los problemas de la polaca a inicios de temporada y Eala la apartó de su ruta, ganando cinco de los últimos seis juegos para eliminar a otra ex campeona de Grand Slam. La gloria se acercaba, pero el final llegaría antes. La dos veces semifinalista Jessica Pegula buscaba su primera final y lo logró, pero por muy poco. Eala llevó a la estadounidense al límite, aunque acabó cediendo. Esta racha fue realmente revolucionaria para Eala. Se convirtió en heroína en su país y en una competidora consolidada en el circuito.

Venus Williams es una leyenda del deporte. Siempre que pisa la pista, la gente la sigue. Por eso, cuando anunció su regreso en el DC Open, muchos empezaron a hablar de ello y enseguida acaparó titulares.

En algún momento pudo parecer que ya habíamos visto el final de la campeona de siete Grand Slams. Sin embargo, no fue así y protagonizó un retorno a la acción muy esperado. A medida que crecía la expectación, surgieron dudas sobre si sería la misma jugadora de antes, pronosticando dificultades.

Las dudas quedaron unánimemente despejadas cuando, con 45 años, volvió al triunfo. Derrotó a su compatriota Peyton Stearns en sets corridos, demostrando que la clase y la calidad seguían intactas. Justo antes, ya había saboreado la victoria junto a Hailey Baptiste al ganar su debut en dobles. El cuento de hadas se frenó en la siguiente ronda en ambas modalidades, pero Williams dejó clara su intención: estaba aquí para competir.

El Eastbourne Open presentó a una pareja inesperada de finalistas en un torneo vibrante que estaba destinado a concluir de forma dramática y emotiva. Tras superar la fase previa, Eala mantuvo su gran impulso al deshacerse de nombres importantes, incluida de nuevo Ostapenko, para alcanzar su primera final WTA. Era otro gran paso para Filipinas, que rozaba la gloria por primera vez. En su camino estaba la talentosa Maya Joint, que ya había saboreado el éxito en el circuito y demostraba el potencial que atesoraba.

La australiana se adjudicó el primer set, pero una fuerte caída de nivel permitió a Eala meterse de lleno en el partido. Su inercia no continuó en el tercer set, cuando Joint se puso 4-2 arriba. No obstante, Eala encontró otra marcha y forzó un desempate para decidir el torneo. Fue un tramo tenso y dramático. Cinco puntos de partido se esfumaron, incluidos cuatro para Eala y el primer título para Filipinas. Finalmente, Joint cruzó la meta para cerrar un desempate de altísima carga dramática.

Mientras para la muy aliviada Joint fue una alegría, para la profundamente emocionada Eala fue desconsuelo, con lágrimas tras una derrota desgarradora. Aun así, resultó un espectáculo increíble para el público de Eastbourne, que acababa de presenciar uno de los Momentos WTA del Año.