Emma Raducanu podría estar preparando el fin de su alianza con Nike y un cambio a Uniqlo, según informó
Sportskeeda , que citó a
The Craig Shapiro tennis Podcast. La idea de un movimiento así evoca de inmediato la famosa transición de
Roger Federer de patrocinador, que reconfiguró la relación entre deportistas y marcas en el tenis. Para Raducanu, este posible cambio señalaría no solo una modificación de indumentaria, sino una evolución estratégica de su identidad comercial.
Raducanu ha estado estrechamente vinculada a Nike desde julio de 2021, firmando con el gigante estadounidense pocas semanas antes de su eclosión en el US Open. Aquella histórica racha, que culminó con el trofeo como clasificada, la convirtió de la noche a la mañana en una de las atletas más comercializables del circuito. Nike le proporcionó todo el equipamiento de pista, incluidos ropa, calzado y accesorios, durante su ascenso meteórico.
Pese a la exposición global, el contrato de
Raducanu con Nike estaría en torno a los €100,000 por año. Aunque respetable, esa cifra refleja un acuerdo renovable basado en rendimiento más que un compromiso a largo plazo. A medida que Raducanu madura dentro y fuera de la pista, han surgido dudas sobre si el acuerdo realmente se ajusta a su perfil global, especialmente en comparación con pares de visibilidad similar.
La posibilidad de unirse a Uniqlo representa algo más que una mejora económica. Sugiere un giro hacia la construcción de marca a largo plazo, estabilidad y afinidad personal. Las asociaciones de Uniqlo con atletas suelen centrarse en la longevidad, la individualidad y una narrativa global más que en picos de rendimiento a corto plazo. Para una jugadora de 23 años que aún moldea su relato de carrera, ese enfoque podría ser decisivo.
Un plano Federer para una nueva identidad de marca
La comparación con Roger Federer es inevitable. En 2018, el icono suizo puso fin a su relación de décadas con Nike después de que la marca declinara renovar su contrato. Federer respondió firmando un histórico acuerdo de 10 años y $300 millones con Uniqlo, estrenando la alianza en Wimbledon. El movimiento redefinió los patrocinios en el tenis y estableció un nuevo estándar para la construcción del legado fuera de la pista.
El acuerdo de Federer con Uniqlo no fue solo cuestión de dinero. Le permitió trascender los contratos basados en resultados y centrarse en la influencia global, los negocios y la relevancia posretiro. Raducanu, aunque en una fase muy distinta de su carrera, podría ver valor en esa misma filosofía. Alinearse con Uniqlo podría posicionarla como embajadora a largo plazo más que como un endoso dependiente de resultados.
Raducanu: estado de forma reciente y lo que viene
La campeona del US Open 2021 ha tenido dificultades para mantener el ritmo en los años posteriores a su primer y, por ahora, único título profesional. De hecho, la británica no ha disputado otra final en su carrera, ni ha encadenado recorridos profundos en grandes torneos. Sus mejores actuaciones desde entonces incluyen unos octavos de final en Wimbledon 2024 y los cuartos de final del Miami Open esta temporada.
No obstante, la británica logró escalar en el ranking en 2025, cerrando el año como la N.º 29 del mundo. Este regreso al top 30 le garantiza condición de cabeza de serie en el próximo Australian Open, donde defenderá puntos de una tercera ronda a comienzos de 2025 (cuando cayó con claridad ante la polaca Iga Swiatek por 1-6, 0-6).
El primer compromiso de Raducanu en el nuevo año será su debut en la United Cup. Jugará como la N.º 1 británica, junto a Jack Draper, quien también debutará en la United Cup. Juntos competirán en el Grupo E en Perth, frente a un equipo japonés liderado por Naomi Osaka y Shintaro Mochizuki, así como un equipo griego con la ex N.º 3 del mundo Maria Sakkari y Stefanos Tsitsipas.