Emma Raducanu volverá a la acción hoy en el Porsche Tennis Grand Prix de Stuttgart, pero mientras que tenía asegurada su plaza en ese cuadro gracias a su papel de embajadora y a sus funciones fuera de la pista,
Roland Garros será más bien un compás de espera.
Los que recuerden el Open de Australia seguirán un camino similar, con Raducanu potencialmente teniendo que jugar la fase de clasificación aparte de un milagroso salto en el ranking en las próximas semanas. Puede utilizar una clasificación protegida de 103 para entrar en Roland Garros, pero sólo en una fase de clasificación similar a la de Melbourne.
La ex campeona del US Open se disponía a jugar la fase previa en Melbourne, pero se coló en el cuadro principal después de que varias jugadoras se retiraran por lesión. Pero la mayoría de esas jugadoras han entrado con un ranking protegido o no lo han hecho, por ejemplo Karolina Muchova, que llegó a la final la temporada pasada.
La situación de wildcard significa también que probablemente no se beneficiará de ello, a diferencia de otras, como potencialmente Caroline Wozniacki o Simona Halep, con plazas destinadas principalmente a las mejores jugadoras francesas y también acuerdos recíprocos con otros Grand Slams, por ejemplo. Angelique Kerber y Naomi Osaka, entre otras, se han inscrito con su clasificación protegida junto a Bianca Andreescu y Amanda Anisimova, entre otras. El corte actual es de 99, lo que significa que Raducanu es actualmente la quinta suplente para el Abierto de Francia.
Emma Raducanu se enfrentó a una espera nerviosa similar en el Abierto de Australia.
Es probable que se fije en jugadoras como Andreescu, por ejemplo, que llevan varios meses sin jugar y serán duda a pesar de entrar en el segundo major de la temporada por probables retiradas. Pero dada su reciente forma en la Copa Billie Jean King, apostará por sí misma aunque eso signifique pasar por la fase de clasificación. Sin embargo, la espera se presenta nerviosa, ya que espera otra situación similar a la del Abierto de Australia, aunque no tan reñida como la de Melbourne.