Finalmente la WTA ha garantizado una asistencia por maternidad remunerada a sus jugadoras, una medida que se celebra en todo el mundo. A continuación analizamos que significa para las damas la obtención de tan ansiado logro, y el impacto que podría tener en otros deportes.
La nueva medida de conceder a las jugadoras de la WTA una paga por maternidad se acogerá con mucho optimismo y es algo que llevaba mucho tiempo esperándose, lo que quizá se preste a que más jugadoras de primera línea decidan que pueden interrumpir sus carreras durante un tiempo para traer un hijo al mundo.
Algunas tienen éxito cuando regresan y otras simplemente se convierten en una estadística. Tomemos como ejemplo la hornada de madres que regresaron el año pasado. Entre ellas, Elina Svitolina, que fue Jugadora de Regreso del Año de la WTA y quizás el mejor ejemplo hasta la fecha en la reciente cosecha de jugadoras. En cierto modo, se convirtió en mejor jugadora después de ser madre.
Aunque Angelique Kerber tenía 35 años y estaba embarazada por segunda vez, lo más probable es que dejara el deporte por última vez. Se despidió en los Juegos Olímpicos jugando uno de sus mejores partidos desde su regreso. Pero en realidad, la edad le pasó factura en su regreso.
Naomi Osaka ha mostrado destellos desde que volvió a ser madre. No es ni mucho menos la jugadora que fue número 1 del mundo y campeona de varios Grand Slam. La mala suerte la ha acosado, lo que en realidad no ha ayudado a su causa, pero lleva más de un año y no está donde quiere estar.
Ella misma dijo que su derrota ante Camila Osorio fue la peor de su carrera y no parece ser tan fácil como tal vez ella esperaba o como nadie esperaba. Pero aún tiene tiempo y, aunque regresó, lo hizo con grandes expectativas sobre sus hombros.
Belinda Bencic regresó esta temporada y ha mostrado el camino que quizás deberían seguir los grandes nombres que, de otro modo, dependerían de las wildcards. Fue capaz de competir a un nivel menor y recuperar la forma. Luego hizo un buen Abierto de Australia y ganó Abu Dhabi. Todo ello a pocos meses de ser madre.
Aunque sólo tiene unos 20 años, por lo que dispone de un tiempo que quizá otras madres no tengan. Victoria Azarenka y Serena Williams son el modelo a seguir.
Kim Clijsters es la única jugadora que ha ganado un título individual de Grand Slam siendo madre.
"Estoy muy contenta por todas las madres jóvenes, las madres primerizas, cuando salen y tienen éxito, cuando salen y hacen lo suyo y representan a nuestro deporte en un escenario tan global", declaró Azarenka a la CNN.
"Probablemente habrá más campeonas del Grand Slam que sean madres y creo que eso es increíble. Espero, por supuesto, que sea yo como competidora. Serena también estuvo muy cerca de conseguirlo. Yo estuve muy cerca de conseguirlo.
"Seguimos siendo competidores, queremos que eso ocurra, (y) creo que va a ser una oportunidad increíble para verlo".
Aryna Sabalenka, actual número 1 del mundo, ha compartido su propia esperanza de poder tomarse un descanso algún día para ser madre y ha puesto a Bencic como ejemplo.
"Es impresionante, sinceramente. Acaba de volver", dijo la tres veces campeona de Grand Slam.
"Creo que [en el] Abierto de Australia hizo una gran carrera [hasta la cuarta ronda] y ahora está sosteniendo el trofeo. Es increíble, estoy muy contenta por ella, sin duda se lo merecía".
"Como ella ha dicho, ha trabajado muy duro para conseguirlo, y es bueno verlo. Nos da esperanzas de que probablemente, cuando todos vayamos a por bebés, tengamos la oportunidad de volver si queremos".
Este anuncio da a las jugadoras acceso a recursos que normalmente no tendrían. Hoy en día, las jugadoras se ven obligadas a abandonar el circuito durante un año, con la misma seguridad que, por ejemplo, Amanda Anisimova, Bianca Andreescu o Emma Raducanu, que dejaron el circuito por motivos personales o lesiones.
Tienen una cierta cantidad de rankings protegidos y luego están por su cuenta. Esto no ha ayudado, por ejemplo, a Caroline Wozniacki, que ha regresado tras varios años de ausencia, pero ha tenido que trabajar para recuperar un estatus al que no estaba acostumbrada.
Pero ahora da a las jugadoras que piensan que no pueden permitirse ser madres debido al coste la oportunidad de tener ese colchón financiero y también acceso a subvenciones. Durante 12 meses no tendrán que preocuparse por el próximo sueldo debido a la falta de torneos.
Tranquilidad y algo que, con un poco de suerte, hará que más jugadoras se arriesguen si han querido hacerlo y sigan a los que se han atrevido. Además, puede dar a las tenistas que quizá no deberían haber vuelto la oportunidad de decir que ya tienen ese dinero, así que no necesitan hacerlo.
El único problema quizá sea la fuente de financiación, ya que la WTA recurre al PIF (Fondo de Inversión Pública) de Arabia Saudí, con muchas reservas sobre su implicación tras los problemas relacionados con los derechos humanos y su marcha a Riad la temporada pasada como consecuencia de ello. Aunque es probable que no se note durante un tiempo.
El cambio generalizado para las jugadoras será enorme, ha tardado mucho en llegar y es una reivindicación para estrellas como Azarenka, Bencic, Osaka y Kvitova, que han asumido ese riesgo y ahora otras no tendrán que hacerlo.
Ons Jabeur es famosa por ser una jugadora que quería ganar un Grand Slam para poder retirarse y ser madre. Danielle Collins también habló de ser madre y retirarse a consecuencia de ello. Pero ahora para esas jugadoras ese manto de incertidumbre se desvanece al menos en una capa.
Una lucha ganada y, aunque no es el único problema que rodea al tenis femenino, al menos es uno que se ha tachado de la lista en una dirección positiva.