“No tienes que ser perfecto todos los días hasta que llegues a semifinales”: El consejo de Agassi que replanteó por completo la mentalidad de Roddick

Andy Roddick ha compartido muchas historias sobre la vida en el circuito, pero pocas han calado tanto como su recuerdo de un momento con Andre Agassi durante un día abrasador en Australia. El ex número 1 del mundo suele elogiar la lucidez de Agassi y su capacidad para simplificar la presión, y esta anécdota —contada en un reciente episodio de su pódcast Served with Roddick— ilustra cómo un simple intercambio moldeó su comprensión del aspecto mental del tenis.

Roddick y Agassi compartieron el mismo escenario del tenis estadounidense durante varios años, coincidiendo en el circuito a principios de la década de 2000. Aunque pertenecían a generaciones distintas, Agassi seguía en activo cuando Roddick empezaba a escalar posiciones, y el más joven observaba a menudo cómo el veterano gestionaba las condiciones difíciles. El verano australiano, conocido por su calor extremo y exigente entorno de juego, ofreció uno de esos ejemplos.

Según Roddick, Agassi tenía una notable capacidad para procesar situaciones estresantes o incómodas sin dramatizarlas. Esto destacó durante su estancia en Australia, donde las temperaturas superan con frecuencia los 40°C. Roddick recuerda ese día no por las condiciones en sí, sino por lo que Agassi le dijo después.

Tal como lo cuenta, todo empezó con una simple queja. “Recuerdo que estaba de gira con Andre y los grandes tienen esa capacidad de tomar algo que parece realmente estresante o duro y ponerlo en términos muy simples”, comentó el campeón del US Open 2003. “Una vez estábamos en Australia, era uno de esos días en los que parecía un secador de pelo afuera. Hacía 140(°F) en la pista y soplaba el viento, era sencillamente asqueroso.”

Roddick cuenta que estaba en la sala de fisioterapia, charlando sin más sobre el calor. “Y estoy en la sala de fisio. Un poco de charleta y bromeando. Los chicos van entrando y Andre está en la esquina, sin decir mucho, conversando con alguien.

Fue entonces cuando Agassi intervino con un comentario tan directo como habitual en él. “Hablo y la persona se va, y Andre dice: ‘tío, es la tercera puta persona con la que hablas de lo caliente que está. Eres un imbécil’”, continuó Roddick. “Yo le digo: ‘¿a qué te refieres? O sea, tienes razón, pero ¿por qué?’ Y él dice: ‘estás aquí quejándote. ¿Cuánta gente en el mundo tiene que ser mejor que una sola persona al día en su trabajo?’”

El comentario le cambió el marco mental de inmediato, y Roddick entendió que Agassi señalaba una verdad práctica: en el tenis, el único requisito en un día cualquiera es superar a un solo rival. Factores como la motivación, la fatiga o el clima influyen, pero no alteran la tarea fundamental. Roddick ha contado a menudo cómo esa explicación sencilla le ayudó a centrarse en los elementos controlables en lugar de en las incomodidades externas.

Agassi siguió, ofreciendo una guía sobre cómo afrontar las primeras rondas de los torneos. “Me voló la cabeza, ¿no? Porque lo pones en un marco en el que el día que no estás motivado, no tienes que estar más motivado que todos. Tienes que ser mejor, física y mentalmente, que la persona a la que te enfrentas. Luego me dijo: ‘No tienes que ser perfecto todos los días hasta que llegues a semifinales; entonces sí tienes que apretar un poco’.”

Roddick concluyó que fue una de las lecciones más claras que jamás recibió sobre la mentalidad competitiva. “Es un comentario un poco loco porque, en realidad, solo tienes que ser un poco mejor que ese tipo, sobre todo en las primeras rondas. Es como decir: no tengo que ser excepcional. Solo tengo que ser un poco mejor que ese tipo ese día, independientemente de las condiciones, del clima, de lo que sea. A veces complicamos demasiado las cosas”, afirmó.