La raqueta con la que
Carlos Alcaraz ganó
Wimbledon 2023, firmada por el propio español, está a punto de hacer historia en el mundo de los recuerdos deportivos. Se espera que la Babolat personalizada, empuñada en su icónica final contra Novak Djokovic, supere el anterior récord de subasta de 157.000 dólares, un punto de referencia establecido nada menos que por la raqueta de Rafael Nadal en Roland Garros 2017.
"Este es, con diferencia, el artículo más significativo que jamás haya salido a la superficie de la joven pero ya histórica carrera de Alcaraz, utilizado en un partido que muchos consideran un punto de inflexión generacional", reza la descripción oficial del lote. Y no es una exageración. Aquella victoria no fue sólo un triunfo personal: marcó la llegada definitiva de una nueva era en el tenis masculino, con Alcaraz como indiscutible portador de la antorcha.
Con sólo 20 años, Alcaraz conquistó su segundo título de Grand Slam de forma espectacular, derrotando al tetracampeón defensor Djokovic en un thriller de cinco sets: 1-6, 7-6(6), 6-1, 3-6, 6-4. Era la primera vez desde 2002 que un campeón de Wimbledon no pertenecía a los cuatro grandes, y la primera vez en una década que Djokovic era derrotado en la Pista Central. Para muchos, esa tarde en el All England Club simbolizó el tan esperado cambio de guardia.
Según Prestige Memorabilia, la empresa que supervisa la venta, la raqueta ha sido emparejada fotográficamente por Resolution con diez fechas diferentes, incluyendo la final del 16 de julio y otros cuatro partidos y sesiones de entrenamiento de la temporada de hierba de 2023. Lleva la firma de Alcaraz en la empuñadura, la pegatina original de personalización de Babolat y una etiqueta de encordado de The Championships, detalles pequeños pero reveladores que la elevan de un mero objeto a una pieza de historia viva del tenis.
Una pieza de museo con latido
Desde que se abrió la subasta el 30 de septiembre, la raqueta ya ha recibido diez pujas, y la más alta actualmente es de 21.437 dólares. Sin embargo, los expertos creen que esa cifra aumentará considerablemente a medida que se acerque la fecha de cierre, el 19 de octubre (21:00 h EST).
Prestige Memorabilia ostenta actualmente el récord mundial por una raqueta usada en un partido, gracias a la reliquia de Nadal en tierra batida, que alcanzó algo más de 157.000 dólares. Pero se espera que el arma de Alcaraz en Wimbledon llegue aún más alto, con estimaciones de preventa de alrededor de 200.000 dólares, un reflejo tanto de su rareza como de la creciente estatura mundial de Alcaraz como rostro de la nueva generación del tenis.
No es la primera vez que una pieza de la carrera de Alcaraz sacude el mercado de objetos de colección. En septiembre de 2025, la pelota de su punto de campeón del US Open se vendió en Sotheby's por 88.900 dólares, casi diez veces el récord anterior para una pelota de tenis. Cada fragmento de su éxito parece adquirir un aura casi mítica entre los coleccionistas, impulsado por una mezcla perfecta de juventud, carisma e importancia histórica.
De la pista central a la cámara acorazada de los coleccionistas
En junio, el ascenso de Alcaraz se extendió incluso al mundo de los cromos deportivos. Su tarjeta Topps Royalty "pomo de raqueta" de 2024 se vendió por la cifra récord de 222.000 dólares en Fanatics Fest, seguida al día siguiente por su tarjeta de novato autografiada por NETPRO de 2022, que se vendió por 237.907 dólares en Goldin Auctions, un nuevo récord histórico para un tenista masculino. Sólo Serena Williams ha superado esa cifra, ya que su tarjeta más vendida alcanzó los 266.400 dólares.
La emoción que rodea esta última subasta no es sólo por el valor monetario, sino por lo que la raqueta representa. Encierra la victoria que rompió un reinado de una década y anunció un cambio generacional. Cada rozadura, vibración y arañazo en esa Babolat cuenta una historia de juventud, determinación y evolución.
Como señalan los especialistas en recuerdos, es más que un objeto de coleccionista: es un artefacto cultural. Como el propio Alcaraz, la raqueta encarna la fusión de potencia y aplomo, presente y futuro. Y si el precio final cumple las expectativas, el joven español seguirá haciendo lo que mejor sabe: batir récords, tanto dentro como fuera de la pista.