Lleyton Hewitt tuvo una carrera deslumbrante en el deporte. Con dos títulos individuales de Grand Slam y un par de triunfos en las ATP Finals en 2000 y 2001, es recordado con cariño por muchos aficionados al tenis. Sin embargo, todo podría haber sido muy distinto si se hubiera pasado a otro deporte: la Australian Football League (AFL).
El fútbol australiano se practica casi exclusivamente en Australia. Aunque implica patear un balón como en el fútbol, las similitudes no son muchas. Los jugadores pueden usar las manos para transportar la pelota mientras buscan patearla entre los cuatro postes de gol. Tiene elementos de rugby y fútbol, y muy pocas similitudes con el tenis.
Esto hace aún más sorprendente que Hewitt pensara en comprometerse con un cambio radical de profesión. Cobra más sentido al saber que era una gran ambición suya y un pasatiempo que disfrutó jugando de niño. “Lo llevaba en la sangre; eso era lo que quería hacer de pequeño”, dijo Hewitt.
Su padre y su tío jugaron el deporte a un buen nivel, y llamaba el nombre de Hewitt. Había sido un jugador muy talentoso, pero se vio obligado a elegir entre el tenis y el Australian Rules. Eligió el tenis, y el resto es historia.
El partido que cambió la opinión de Hewitt
Tras una eliminación en primera ronda en Wimbledon 2003, donde defendía el título, cedió el número uno que había ostentado durante 80 de las 82 semanas previas; Andre Agassi lo destronó. Esto le hizo plantearse qué venía después.
Fue entonces cuando contactó al entrenador de Port Adelaide, Mark Williams. Era amigo de la familia de Hewitt y, posteriormente, intentó convencerlo de unirse a su equipo. Sin embargo, había un obstáculo: el odio de Hewitt hacia Port Adelaide. “Crecí odiando absolutamente a los Power, los Port Adelaide Magpies”, afirmó.
A pesar de ello, la idea le resultó muy tentadora. “Pero en ese momento, en realidad me lo estaba planteando. No me convencían el contrato ni el dinero. Él (Williams) terminó dándome unas semanas para pensarlo.”
Lo que siguió fue una victoria fantástica sobre Roger Federer en las Finales de la Copa Davis. Australia se enfrentó a Suiza en semifinales. Los australianos habían pasado por encima de Gran Bretaña 4-1 y de Suecia 5-0, pero estaban a punto de afrontar su desafío más duro. Para Hewitt, necesitaba derrotar al vigente campeón de Wimbledon, Federer. Tras verse dos sets abajo, Hewitt firmó una remontada formidable para vencer al futuro grande y ayudar a su país a conquistar la Copa Davis 2003.
La victoria resultó ser un gran punto de inflexión en su carrera, ya que se comprometió con el tenis y no con el Aussie Rules. “Fue una de mis mayores victorias y llamé a Choco (Williams) y le dije ‘no’”, contó Hewitt.
Aunque su carrera no fue tan exitosa a partir de entonces, siguió siendo una amenaza seria en los grandes torneos. Alcanzó dos finales más de Grand Slam, perdiendo la final del US Open 2004 ante Federer y la del Australian Open 2005 ante Marat Safin. A medida que avanzó su carrera, no pudo reencontrar el mismo nivel de antaño, y finalmente se retiró del deporte en 2016, antes de un breve regreso al dobles entre 2018 y 2020.
Es una gran historia de “qué hubiera pasado si”. Si Hewitt hubiera perdido aquel duelo ante Federer, ¿habría colgado la raqueta para dedicarse a otro deporte? ¿O habría seguido con el tenis? En cualquier caso, la decisión de Hewitt de prolongar su carrera en el tenis se basó, en última instancia, en un partido muy famoso.