El finalista del Mutua
Madrid Open,
Casper Ruud, se pronunció tras los momentos de tensión vividos durante su victoria en semifinales ante
Francisco Cerúndolo. El noruego, número 15 del mundo, selló su pase a su tercera final de Masters 1000 tras imponerse por 6-4 y 7-5, pero no ocultó su frustración por las repetidas interrupciones del público.
Ruud se mostró visiblemente molesto durante el segundo set, cuando los gritos desde las gradas interrumpieron varias veces su rutina de saque. “¿Has escuchado alguna vez a algún noruego haciendo esto?”, reclamó al juez de silla. “¿Cuántas veces pueden gritar antes de que yo les pida algo? ¿Cuántos segundos antes de que pueda exigir otro saque o una repetición?”, insistió, visiblemente alterado.
En rueda de prensa, mientras esperaba disputar la final del domingo frente a Jack Draper, el ex número 2 del mundo profundizó en su postura. “Al final es una cuestión del tipo de alboroto”, explicó. “Sentí que los vítores eran para Francisco, lo cual obviamente no es ilegal, pero es una cuestión de cuándo se producen”.
Ruud se preguntó cuántas interrupciones deberían tolerarse antes de que la organización actuara. “Le hice al árbitro una pregunta hipotética: si me dieras un primer saque por quejarme, ¿crees que volverían a hacerlo? Probablemente no, porque si el jugador al que animan es penalizado con un primer saque a mi favor, no creo que tengan las agallas de volver a gritar o aplaudir para molestarme antes del segundo saque”.
“Tal vez deberían plantearse no cambiar las reglas, sino ejercer más presión sobre los aficionados que están allí sólo para molestar. Entiendo que es duro para Francisco, porque él no hizo nada malo, y no quiero ser un capullo con él, pero los fans que le apoyaban intentaban desconcentrarme”.
Ruud subrayó que la mayoría de los aficionados respetan las normas no escritas del tenis, pero lamentó que unos pocos traspasaran los límites. “Cuando estás en el calor del momento y no sientes que el árbitro te da una respuesta clara, es fácil frustrarse aún más. Quizá exageré, pero creo que era una pregunta válida”.