Luego de la sorprendente noticia de que Jannik Sinner aceptó una prohibición de tres meses fuera de las pistas tras el resultado positivo por doping registrado en 2024, la controversia se disparó en las redes. El caso refleja un trato diferente respecto a otros anteriores, como el de Maria Sharapova, Mariano Puerta, Iga Swiatek y otros más.
En el caso de Swiatek, su suspensión duró sólo un mes. Esto se debió a que la jugadora polaca dio positivo por trimetazidina, que se determinó que era una contaminación de un medicamento que estaba tomando para tratar problemas de sueño en ese momento. En consecuencia, este caso de dopaje se consideró no intencionado.
La gran tenista rumana vio truncada su carrera en 2022, cuando fue sancionada con cuatro años de inhabilitación para las canchas tras dar positivo por roxadustat, una molécula que estimula la producción de glóbulos rojos, en el US Open de ese año. Sin embargo, en 2024, su castigo se redujo a nueve meses después de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo determinara que el dopaje se debió a una contaminación.
En 2016, la tenista rusa dio positivo por meldonium, una sustancia que aumenta la vascularización del músculo cardíaco. Inicialmente, esto le supuso una suspensión de dos años, pero el TAS redujo la sanción a 15 meses tras considerar que la sustancia había sido consumida accidentalmente. A su regreso, la ex número 1 del mundo nunca logró recuperar su nivel y acabó retirándose en 2020.
En 2013, el tenista serbio fue suspendido 18 meses por la ITF tras negarse a someterse a un análisis de sangre en el Masters de Montecarlo. Troicki alegó que no se encontraba bien, por lo que solo facilitó una muestra de orina.
Entonces recurrió al TAS, que redujo su sanción a un año, al considerar que la suspensión original era demasiado severa para el caso.
La ex tenista suiza recibió una de las sanciones más duras de la historia del tenis: dos años de suspensión. En Wimbledon 2007, Hingis dio positivo por benzoilecgonina, el principal metabolito de la cocaína. A diferencia de otros casos, Martina no recibió ninguna reducción en su suspensión.
En el caso del jugador argentino, su sanción se debió a que no superó dos controles antidopaje. El primero ocurrió en 2003, cuando fue suspendido nueve meses tras dar positivo por clembuterol, un esteroide anabolizante. La sanción original era de dos años fuera de competición, pero Puerta logró justificar el consumo de la sustancia como tratamiento para un ataque agudo de asma.
Sin embargo, dos años después, Puerta volvió a fallar un control antidopaje, esta vez en la final de Roland Garros de 2005, en la que se enfrentó a un joven Rafael Nadal. En aquella ocasión, afirmó haber ingerido involuntariamente Effortil en el vaso de su novia, un medicamento que ella utilizaba para el dolor menstrual. Sin embargo, años después, el propio Puerta admitió que se trataba de una mentira. Inicialmente fue suspendido durante ocho años, pero consiguió reducir la sanción a dos con la supuesta historia de que había bebido la sustancia del vaso de su novia.